El BCE niega que exija más capital a las entidades que se fusionen

13/11/2019

diarioabierto.es. "Existe también una dimensión de 'concurso de belleza' en los test de estrés, pues los bancos intentan parecer tan atractivos para los mercados como sea posible, a menudo a costa del realismo", advierte el el presidente del Consejo de Supervisión del Banco Central Europeo (BCE), Andrea Enria.

El presidente del Consejo de Supervisión del Banco Central Europeo (BCE), Andrea Enria, insiste en que existe un exceso de capacidad bancaria en Eurozona que respalda la idea de consolidación del sector, independientemente de si este proceso se lleva a cabo mediante fusiones nacionales o transfronterizas.

«El sector necesita consolidarse», afirma el que fuera presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por su siglas en inglés). Para ello, «tanto las fusiones nacionales como transfronterizas serían útiles», ya que las primeras ofrecen mayores ganancias en términos de eficiencia al permitir reducir duplicidades en las redes de sucursales, mientras que las operaciones entre entidades de distintos países aportan una mayor diversificación de los riesgos.

«Me gustaría disipar la percepción de que el BCE requiere mayores niveles de capital de las entidades fusionadas», añade Enria, subrayando que estas exigencias y colchones de capital reflejan la evaluación supervisora del plan de negocios en cada operación planteada. «Nuestro objetivo es apoyar, en vez de desalentar, la reestructuración eficaz de las entidades fusionadas y garantizar que el modelo de negocio resultante sea sostenible«, añade.

Enria defiende la necesidad de evitar una rebaja de las exigencias regulatorias y de la presión sobre los bancos, aunque se muestra partidario de reducir la carga administrativa para las entidades y adoptar un operativa más ágil, en coordinación con los supervisores nacionales.

«A medida que el recuerdo de la crisis se difumina, nos enfrentaremos a presiones crecientes para rebajar los requisitos regulatorios y relajar la presión supervisora sobre los bancos», advierte. «Deberíamos luchar con uñas y dientes para preservar nuestro modelo de supervisión, que se ha mostrado extremadamente eficaz», remarca.

No son concursos de belleza

Las pruebas de esfuerzo (test de estrés o stress test, en la jerga del sector) a las que son sometidos los bancos son una herramienta muy útil, que debe adaptarse no obstante a la realidad posterior a la crisis para ser lo más relevantes y realistas posibles. Ahora tienen «también una dimensión de ‘concurso de belleza’, pues los bancos intentan parecer tan atractivos para los mercados como sea posible, a menudo a costa del realismo», advierte el presidente del Consejo de Supervisión del BCE.

Durante la crisis el propósito de los test fue medir el tamaño de los «agujeros de capital» en los balances de la banca, pero actualmente sirven para detectar vulnerabilidades y ofrecen información útil para las entidades sobre su gestión de riesgos.

«Es hora de volver al tablero de dibujo y ver cómo podemos mejorar», añade Enria, que cree que el debate sobre la reforma de las pruebas de resistencia debe producirse «mejor pronto que tarde». Propone dividir las pruebas en dos partes, incluyendo la visión de los bancos y la de los supervisores. «Las dos opiniones podrían publicarse conjuntamente para que los mercados se formasen su propia opinión», sugiere.

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