BNY Mellon avisa que el endeudamiento global se ha disparado un 40% desde la crisis

20/11/2019

Miguel Ángel Valero. Sasha Evers, director general de la entidad para Iberia y Latinoamérica, destaca que las políticas monetarias poco convencionales "han inflado los precios de los activos y han incentivado una mayor toma de riesgos". "Lo que uno paga influye sobre las rentabilidades futuras", avisa, al tiempo que remarca que "la remuneración potencial del riesgo es muy baja".

«Cuando no hay nada inteligente que poder hacer, es un error intentar ser inteligente«. La cita de Howard Marks en «The Thruth about Investing» resume las perspectivas de BNY Mellon Investment Management para 2020, marcadas por los problemas estructurales y el endeudamiento excesivo como obstáculos para el crecimiento. Sasha Evers, director general de la entidad para Iberia y Latinoamérica, destaca que las políticas monetarias poco convencionales «han inflado los precios de los activos y han incentivado una mayor toma de riesgos». «Lo que uno paga influye sobre las rentabilidades futuras», avisa, al tiempo que remarca que «la remuneración potencial del riesgo es muy baja».

También resalta que el endeudamiento global ha aumentado un 40% desde 2008, el momento álgido de la crisis financiera (quiebra de Lehman Brothers). Esto genera un riesgo de «impagos asociados a los altos niveles de endeudamiento» y de apuroa para las empresas endeudadas debido a los mayores costes de financiación. En este sentido, Evers destaca que «la deuda BBB es una gran fuente de preocupación»

«Más deuda significa tipos más bajos», advierte, mientras recalca que «estamos llegando a los límites de la política monetaria» y que «es el momento de la política fiscal, de los estímulos».

Al mismo tiempo, el experto de BNY Mellon insiste en que «los riesgos geopolíticos y las distorsiones del mercado aconsejan un enfoque prudente: unas rentabilidades esperadas más bajas respaldan un enfoque selectivo». «No es momento de comprar índices de forma ciega, ni de tener carteras indexadas, es mejor comprar valores individuales, y una gestión activa y flexible», subraya.

Análisis temático

La respuesta de BNY Mellon a este escenario es el análisis temático de las tendencias globales, porque «nos ayudan a identificar oportunidades»: renovables (Infineon, Greencoat, Nextenergy, Trig, Jlen), vehículos eléctricos (Infineon, Samsung SDI, Applied Materials, Albermarle, Harmony Group), infraestructuras eficientes (SDCL, Gresham House) y calentamiento global (bonos de catástrofes y valores vinculados a seguros), entre ellas.

BNY Mellon Global Real Return (Eur) ofrece el Euribor +4% como referencia de rendimiento, sin garantizarla y con posibilidad de pérdida del capital. Es un proceso a largo plazo enfocado en temáticas, con énfasis en la protección del capital. Tiene un núcleo de activos generadores de rentabilidad (deuda privada y de mercados emergentes, infraestructuras, energías renovables, otras alternativas, y renta variable, con un 25%, el nivel más bajo desde la creación del fondo en 2004) más una capa estabilizadora, con posiciones compensadoras de riesgos para amortiguar la volatilidad y mantener el capital: efectivo y deuda a corto plazo, oro físico, acciones de mineras auríferas, coberturas de renta variable y de divisas, pagarés a tipos variables o FRN, deuda indexada y pública convencional, opciones sobre deuda pública y posiciones activas en divisas).

«No incluimos una garantía de capital porque con tipos negativos es todavía más cara, ya que no se retribuye la parte que está en efectivo, y resta rentabilidad», explica Sasha Evers. El fondo, lanzado en el Reino Unido en 2004 al Libor +4%, ha logrado un 4,9% de rentabilidad anual.

Dividendos

Otra propuesta es BNY Mellon Global Equity Income Fund, que invierte en valores que tengan una rentabilidad por dividendo proyectada un 25% superior a la del índice FTSE World (toda tenencia que cae por debajo se vende. Sasha Evers aporta un dato: desde 1970 hasta 2018 la rentabilidad por dividendo acapara el rendimiento a largo plazo. Y otro: un payout alto se traduce en incremento de los beneficios en los 10 años siguientes, algo que se cumple desde 1946. «El dividendo significa disciplina de capital, y ésta fomenta un mayor crecimiento de los beneficios», concluye el director general para Iberia y Latinoamérica de BNY Mellon Investment Management.

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