Iberdrola ha optado claramente por el contraataque frente a los movimientos, que en unos casos ACS presuntamente protagoniza -pero no en todos-, y que tienen casi siempre como objetivo a su presidente Igancio S. Galán. Y que están vinculados con las contrataciones que el grupo energético suscribió con el excomisario José Manuel Villarejo (ahora en prisión). Unas relaciones que, según algunos documentos e informes que han aparecido en medios de comunicación, incluirían casos de espionaje a diversas personalidades, con matices susceptibles de acabar en chantajes.

Para la primera empresa eléctrica de España el asunto es muy trascendente en la medida que pueda abrir interrogantes respecto a los comportamientos éticos, si bien los compromisos formales fueron regulados después. Y en la medida que afecte a Galán, quien es un innegable referente internacional en el mundo de la energía.

En este contexto el último movimiento legal ha consistido en la presentación por la eléctrica de una denuncia ante la Fiscalía Provincial de Bilbao en que la solicita que se investigue la publicación de un documento interno en el que se vincula la dirección del grupo con determinadas actuaciones de Villarejo. Un informe del que la empresa no tiene constancia, por lo que se analiza quién puede ser el autor de esos papeles que se consideran falsos, y que previsiblemente su origen sea interno.

En el documento, que trata de presuntas facturas irregulares emitidas por la dirección de seguridad corporativa, se habla de una reunión celebrada en mayo de 2004. Un encuentro en el que Galán habría encargado al director de Seguridad, Antonio Asenjo, que espiase a políticos locales que obstaculizaban la construcción de una central térmica en Arcos de la Frontera.

Ahora lo que Iberdrola pide que el «firmante del supuesto documento José Antonio del Olmo» para que se pronuncie sobre la veracidad del contenido, siendo que la empresa no tiene constancia de su existencia. El cuestionado documento que tampoco fue recibido por las personas a las que en teoría se envió, plantea además una presunta trama opaca de pagos a terceros que se habrían destinado a Villarejo.