Una vez que los mercados europeos han llegado a la amarga conclusión de que sólo puede esperar a que escampe el tormentón que se cierne sobre Wall Street hoy llegaba un día crucial para todos: el día en el que la Fed volvería a hablar.

Seguramente por eso los índices europeos trataron de animarse discretamente pero sin que la alegría llegara demasiado lejor.  Se han quedado en el consabido «wait and see» y sólo si lo que Ben Bernanke dice gusta al mercado se lanzaran a un intento de recuperar lo perdido. Si Bernanke decepciona, seguiremos con las caídas mientras exista temor a una nueva recesión.

En cualquier caso el «wait and see» adquiere una connotación especial en el Dax y en el Ibex, que cerraron en pérdidas moderadas, y en el FTSE y el CAC, que se atrevieron a avanzar algún pasito,

Lo del Dax es ya preocupante, pero no es de extrañar que sea el más afectado por el temor de una nueva recesión. La economía alemana, que posiblemente es la única sana del «primer mundo», necesita de un entorno favorable para sus exportaciones industriales. Y la prueba de dónde están los temores es la caída en picado de los títulos de las industrias germanas.

En el caso del Ibex, posiblemente se trata del índice más castigado de Europa y creo que esta vez será el que marque el pistoletazo de salida. No con una sesión, sino que la mejoría del perfil del Ibex será la señal nítida de que se ha pasado el susto. Eso sí, si no hay mejora, el lazarillo marcará de nuevo sur y podemos echarnos a temblar.

Por qué FTSE y CAC han avanzado hoy entra dentro del mundo de los misterios, pero supongo que tiene que ver mucho con la extrema sobrereacción de los mercados en las últimas jornadas, que propicia la existencia de rebotes incluso cuando la situación exigiría calma absoluta.

En fin, que cada cual hizo lo que pudo y lo que supo. El Dax cayó un 0,10%, el FTSE subió un 1,89%, el CAC avanzó un 1,63% y el Ibex retrocedió un 0,36%.