No se han producido grandes sorpresas en el ámbito político en las últimas semanas, si bien en la medida que aumentaban las posibilidades de que Pedro Sánchez formase un Gobierno se coalición entre PSOE y Unidas Podemos, los valores más expuestos a la regulación oficial, como son eléctricas y gasistas -en general en ambas actividades operan las mismas compañías, a excepción de Enagas y REE- han sido castigados por los inversores. Son pocas jornadas, pero marcan tendencia.

De hecho, con diferentes porcentajes, todas las compañías están en negativo. La que más Acciona (se deja más de un 5%), aunque está empresa, pese a su fuerte presencia en energías renovables, cuenta con intereses en otras áreas. Le sigue Endesa, que retrocede  un 3% y que perdió un 2,11% este martes (jornada de la investidura). Naturgy es la menos castigada.

¿Qué hay detrás de este comportamiento que, como siempre, está dirigido por los gestores profesionales? Los expertos detectan interrogantes sobre cómo se va a desarrollar un texto que ya es conocido, pero que puede ser transformado: la ley de Cambio Climático y Transición Energética. El objetivo básico es avanzar hacia una generación eléctricas 100% renovable de cara a 2050, con metas en el camino. Para algunas eléctricas, la música sonaba bien, a la espera de conocer cómo se van a implementar las medidas para acceder a él.

Queda también pendiente el desarrollo del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, conocido y alabado desde Bruselas, que está aunado a la ley. Mientras, se da por hecho que Teresa Ribera seguirá como titular del ministerio que aúna energía y medio ambiente, si bien algunas competencias serán compartidas con la vicepresidencia que ocupará el líder de Podemos, Pablo Iglesias (agenda 2030), y de Nacho Álvarez.

Pesa también en el ánimo de los gestores la elevada posibilidad de que se impongan impuestos a determinadas tecnologías, como la nuclear y la hidráulica. Lo que parece claro es que la transición al nuevo modelo eléctrico será un camino complicado. Como señala Goldman Sachs es un informe, que se traduciría en reducción de los beneficios por acción.

Y no se trata de especulaciones, en el programa suscrito por PSOE y Unidas Podemos figuran cambios normativos que se consideran necesarios para «acabar con la sobrerretribución a las eléctricas», en un apecto bien conocido como los llamados beneficios caídos del cielo», y que «han recuperado sobradamente sus costes de inversión», se añade.