La refundición pendiente del centroderecha

15/01/2020

José María Triper.

Caminar hacia el partido único esta es ahora la hoja de ruta del Partido Popular  que coincide también con las aspiraciones de algunos dirigentes de Ciudadanos, a la espera del congreso que salvo sorpresas confirmará a Inés Arrimadas como sucesora natural de Albert Rivera.

El proyecto, que pasaría en una primera fase por la coalición, al estilo de Navarra Suma contaría con el apoyo de la propia Arrimadas, mientras que desde el bando popular los impulsores serían los barones territoriales, Núñez Feijóo, Moreno Bonilla y Alfonso Alonso. Precisamente los tres que más críticos se han mostrado, en público y en privado con la radicalidad exhibida por su jefe de filas durante la investidura de Pedro Sánchez.

Un Pablo Casado mitinero, que puso de relieve su desafección personal y política con Pedro Sánchez, compitiendo en radicalidad con VOX y que perdió la oportunidad de ofrecer una propuesta alternativa a ese “gobierno Frankestein, que no iba a ser aceptada pero que hubiera servido para desenmascarar al candidato y su mentira cuando afirmaba, una y otra vez que no tenía otra opción.

A ambos –Casado y Arrimadas- les une el rechazo frontal a las políticas de Sánchez y a sus pactos, pero Inés está más en la línea de moderación que demandan la mayoría de los ciudadanos y exigen los graves retos económico y territorial que amenazan al país. Un hecho constatado elección tras elección que siguen confirmando las encuestas y que coincide con la opinión de los barones regionales del PP.  “España ha logrado sus mayores éxitos desde la moderación y el entendimiento”, aseguraba el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla justo después de confirmarse la investidura del candidato del PSOE; mientras que el presidente del PP del País Vasco, Alfonso Alonso, no tenía reparos en apostillar que “la misión de Casado es recuperar al partido para la concordia y no para la bronca”.

Los citados dirigentes populares muestran con preocupación los datos del último Electopanel del pasado 9 de enero, con los resultados de los sondeos electorales posteriores a la investidura, y que constatan la tendencia a la baja del PSOE, mientras que Vox “da otro bocado al PP y acapara ya el 17,1 por ciento de la intención de voto, lo que le daría ya 62 escaños en el Congreso de los Diputados, 10 más de los que consiguió el 10-N.

Con este ascenso el Partido Popular estaría sólo dos puntos por encima, el 19,1 por ciento, que le permitirían lograr 81 escaños, ocho menos de los actuales, los mismos que perdería el PSOE que bajaría a 112 diputados, mientras que Ciudadanos se mantendría en sus diez escaños con el 6,8 por ciento de intención de votos, y Unidas Podemos se beneficiaría de su entrada en el Gobierno y conseguiría 38 diputados con el 14 por ciento de los votos.

“Casado ha perdido ya dos elecciones y no puede arriesgarse a perder una tercera”, aseguran las voces críticas de Génova, algunos de los cuales recuerdan, con cierta ironía, a Hernández Mancha y su fugaz y poco exitoso liderazgo. “Los sondeos nos repiten día a día que juntos podemos lograr la mayoría y el Gobierno y seríamos irresponsables si no les escuchamos”, apostillan.

 

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