El brote actual de coronavirus 2019-nCoV se asemeja al SARS que asoló China entre 2002 y 2003 y tardó ocho meses en contenerse. S&P Global Ratings ha advertido que, si la situación empeora considerablemente, puede reducir hasta 1,2% el crecimiento chino en 2020.
China es más relevante para la economía mundial que en 2003. Entonces, representaba 4,4 % del PIB mundial y actualmente el 15,4 %. Es la segunda economía más grande del mundo y su integración en las cadenas de suministro globales es significativa, especialmente en tecnología. Además, el gasto de los consumidores chinos representa una mayor proporción de su crecimiento nacional y del mundial. Así que una disminución del gasto de sus hogares puede tener un impacto mucho mayor que en 2003. De hecho, el brote del coronavirus amenaza con golpear la economía mundial, con riesgos para el consumo, turismo y, sobre todo, el sentimiento.
Ahora bien, la mayoría de estudios económicos sobre impacto de pandemias, como el del virus SRAS en 2003, han sido realizados por epidemiólogos y tienden a centrarse en el coste/beneficio de la vacunación. Hay que acudir a un estudio del Banco Mundial de 2006 que modela una epidemia similar a la de 1918 -que mató a 50 millones de personas y afectó a una quinta parte de la población mundial-, con supuestos relativamente conservadores: tasa de mortalidad del 2,5 % y disminución del 20 % del turismo y servicios (restaurantes, viajes aéreos y gastos no esenciales de los consumidores).
Estas suposiciones están más o menos en consonancia con lo que se estima para el coronavirus. Si se propagara como en 1918 la contracción del PIB mundial podría ser del 3%, con diferencias insignificantes entre regiones.
En comparación el PIB mundial se contrajo 0,1 % en 2009 con la crisis de hipotecas de alto riesgo de EEUU, menos 3,4 % en economías desarrolladas, aunque los mercados emergentes se expandieron un 2,9 %.
El brote de SRAS de 2003 es otro punto de referencia, aunque su impacto se limitó en gran medida a China y países vecinos. En ese año los viajes aéreos disminuyeron entre Hong Kong y China un 75% y las ventas minoristas un 15% en China continental. Las encuestas a hogares en China inmediatamente después de la epidemia indicaron que había provocado una caída de los ingresos disponibles de más de 20 % el segundo trimestre de 2003, debido a enfermedades, absentismo y mayor gasto en prevención y atención sanitaria. Ahora bien, la economía china repuntó rápidamente los trimestres posteriores y la disminución anual del PIB fue 1 %. Un cambio tan rápido es menos probable en caso de pandemia total, que puede durar un año.
Aunque las suposiciones epidemiológicas resultan excesivamente pesimistas, es probable que el 2019-nCoV tenga un impacto económico más grave que el SRAS. Hay que tener en cuenta que desafortunadamente ha brotado en el Año Nuevo Lunar. El efecto sobre el gasto minorista ya ha sido dramático. Los viajes de pasajeros han disminuido un 29% en comparación con el primer día del Año Nuevo Lunar pasado. La mayoría de cines han cerrado -las ventas de entradas han bajado un 99%-. Por otra parte la actividad de fabricación habría estado en cualquier caso paralizada en gran medida en estos días festivos, así que el impacto por el lado de la oferta se ha reducido algo.
De todas formas las autoridades en China parecen haber respondido con mayor rapidez en comparación con 2003, estando 15 ciudades en la provincia de Hubei cerradas y se ha extendido el descanso de Año Nuevo, aun con riesgo de que una parte significativa de la fuerza de trabajo quede aislada en un lugar inadecuado una vez que las vacaciones terminen.
Afortunadamente, China tiene herramientas para suavizar el impacto económico. Según nuestros cálculos, su banco central tiene margen para abundante estímulo monetario, el cual ha sido los últimos dos años más restrictivo. Una reducción de los coeficientes de reserva de los bancos chinos de un 2%, por ejemplo, equivaldría a 460.000 millones de dólares de liquidez adicional, esto es 3% del PIB de China. También hay espacio para el estímulo fiscal. Ya ocurrió en 2003 que China recortó el impuesto de Sociedades, lo que sería un alivio para los inversores en acciones. Vale la pena recordar que el índice global MSCI bajó hasta 4% en un mes desde que comenzó la epidemia del SRAS, para recuperarse con mucha fuerza después, aunque los mercados asiáticos se retrasaron alrededor de seis meses.
Sam Perry, gestor de inversiones y Patrick Zweifel, economista jefe de Pictet AM.
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