La trayectoria de ACS en Bolsa en 2020, que mantiene posiciones de liderazgo en gestión de infraestructuras en el mundo, dista de lo que tenía acostumbrados a inversores y mercados en los últimos años. Con una caída del 15% en este ejercicio se sitúa en el penúltimo lugar del Ibex; solo Sabadell tiene un comportamiento más bajista. Los analistas estiman que existen varios factores, pero que la crisis de la italiana Atlantia, con la que comparte capital y poder en Abertis, pasa factura.
Si bien es cierto que la crisis de su participada Cimic en Oriente Medio fue un detonante a la baja, cuenta con otros factores que añaden incertidumbre. ACS ha tenido que provisionar 400 millones por la revisión estratégica llevada cabo por su participada Cimic respecto a su participada en Oriente Medio BIC Contracting (BICC). Pese que señaló que esta provisión no tendría impacto en las cuentas de ACS de 2019, que no modificará su retribución al accionista, ni tampoco sus perspectivas para 2020, ha sido el inicio de una etapa bajista.
Es más, el grupo que preside Florentino Pérez comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que tras la revisión estratégica llevada cabo por su filial australiana Cimic en lo que se refiere a su participada en Oriente medio BIC Contracting LLC (BICC), Cimic ha decidido no continuar con el apoyo financiero que prestaba a esta compañía, por lo que cierra el capítulo de las provisiones contraídas con esta sociedad.
No obstante estas manifestaciones no han servido para cortar la tendencia bajista. A ACS, al igual que otras empresas de infraestructuras y construcción en España, los interrogantes respecto a hacia dónde se dirigen los Presupuestos del Estado del Ministerio de Transportes (antes Fomento) en 2020. Inversiones que se destinarán, en menor medida, a las grandes obras; y más a la rehabilitación y a proyectos dirigidos al crecimiento sostenible y a cohesión territorial.
¿Cuál es el futuro de Atlantia, por el que los políticos italianos siguen divididos? No quieren medidas que cuestiones su futuro, pero plantean sanciones a su principal filial Autostrade, por hundimiento del puente de Génova. Los analistas estiman que la situación del grupo podría se muy tensa si el Gobierno de Roma opta por la retirada de concesiones. Y si la indemnización que proyecta reclamar está lejos de las pretensiones de Atlantia, como parece que sucedería.
El grupo, que está participado por la familia Benetton, se vería obligado a mover participaciones, y Abertis, que controla junto a ACS, es una de las alternativas. No tanto pata hacer liquidez, sino para recortar posiciones, que empujarían a un reposicionamiento de socios en la concesionaria española. En otras palabras, en cambio en la relación de fuerzas que tanto costó negociar. Atlantia tiene el 50,1% de las acciones de Abertis.
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