Nos desplazamos a Soria en una pequeña excursión invernal a disfrutar de un día trufero. Y digo invernal porque en Soria el invierno empieza todos los años a principios del otoño. Cualquier escusa para visitar la ciudad es buena pero nuestra pasión por la micología lo hace especial en estas fechas y las tapas con trufa y bebida a 3 euros, es un reclamo difícil de resistir.

En cualquier caso, a pesar de un tiempo que entrelazaba viento, lluvia,  nubes, sol y hojas amarillas, y mucho frío, el día trufero fue magnífico. Soria tiene una gran producción de setas, hongos y trufas, con muchísima variedad y muchos lugares a donde ir a buscar setas. También ha habido emprendedores que han sabido impulsar una cierta actividad industrial: cerca de Abejar hay una finca de más de 600 hectáreas en donde se cultiva la trufa negra (tuber melanosporum). A un visionario, por los años 70, se le ocurrió iniciar esta explotación, que hoy en día (dicen) es la mayor superficie en Europa dedicada a la trufa
La cultura de la seta y de la trufa ha calado en Soria y se organizan muchos actos culturales, formativos, gastronómicos o excursiones alrededor de la micología y las trufas. También se han impulsado iniciativas turísticas. Este año, la primera semana de las tapas de trufa ( www.soriactiva.com/trufa ), que ha supuesto que en una treintena de bares y restaurantes de Soria se pueda disfrutar por el módico precio de 3 euros de una caña de cerveza o un vino acompañados de una tapa en la que la trufa ocupa un lugar prioritario.

Desde el céntrico parque de la Alameda, enfilamos por el Collado, calle vertebral del centro de la ciudad, adonde desembocan plazas, plazuelas y callejas en los que encontramos bares y mesones exhibiendo sus creaciones truferas. Imposible visitar todos, pero nos encantó la del bar Herradores (corzo con trufa y setas), la del Capote (bacalao con vinagreta de trufa), en el bar Iruña -un clásico en Soria- descubrimos un impresionante corte de atún de almadraba con vinagreta de trufa negra de Soria, que era como conjugar el mejor sashimi con las raíces de esta tierra Por último, en La Cepa, tomamos una mousse blanca de trufa sobre un lecho de patatas aromatizadas con chantarellas. Después de esta pequeña ruta, ya no fue necesario comer.

El invierno en Soria continúa; aunque se acabe la semana de la tapa de la  trufa, el tapeo permanece. El clima no es óbice. Hasta en lo más fríos días de diciembre o de enero (con temperaturas bajo cero) es frecuente ver a los sorianos tomando el aperitivo al aire libre en la barra-ventana que los bares tienen abiertas a la calle. Algo que echamos de menos cuando salimos de allí.

* Nota de la redacción:
–Desde estas páginas de diarioabierto.es, invitamos a todos aquellos que quieran compartir su ruta, su pueblo, su localidad o una experiencia lúdica que nos hagan llegar sus testimonios, acompañado de alguna foto y nosotros los publicaremos -.