No sé si los votantes de Madrid, Andalucía o Murcia están demasiado satisfechos del uso que hacen de su voto sus respectivos gobiernos pero algunas de sus propuestas a muchos nos ponen los pelos de punta. Y no creo que con su gestión la vida de los ciudadanos de estas comunidades haya mejorado lo más mínimo

Soy consciente que a nivel nacional el papel parlamentario que tienen tanto el PP como Ciudadanos o Vox es muy limitado y que su campo de juego es hacer ruido, judicializar al máximo la vida política y articular su discurso a base de manipulaciones o mentiras.

Un político evidentemente no ha de saber de todo (aunque a veces lo pretendan), pero sí que tiene los instrumentos y los asesores para poder articular un discurso más o menos coherente. No hace falta que sean historiadores pero no está mal comprobar en los libros sus afirmaciones. No hace falta que sean juristas pero hay expertos que les pueden ayudar a evitar según que aseveraciones. También hay economistas que les pueden aconsejar para evitar meter la pata hasta el fondo. Pero estamos comprobando que raras veces hacen este trabajo y a mayor ignorancia mayor rotundidad en algunas de sus afirmaciones. Y claro, si falla la base se les derrumba todo el edificio.

En el espectro de la derecha es evidente que Vox está ganando la partida al equipo del trifachito y para ganar a parte de su electorado el PP se está acercando peligrosamente a su discurso mientras una perdida Arrimadas clama donde se le quiera oír asegurando que su partido es de centro (curioso concepto que tiene esta señora del centro)-

Estos partidos se llenan la boca de patriotismo y de constitucionalismo (a uno le gustaría comprobar que se han leído la sacralizada Constitución, lo sólo el artículo 2 ó el 155). Pero si el objetivo de cualquier partido es acceder al gobierno uno no se resiste a preguntarse cómo sería un gobierno de estos tres partidos y si hacemos caso de lo que prometen cuando ejercen el papel de la oposición todo hace augurar que convertirían el país en un gran caos donde los derechos protegidos por la Carta Magna serían pisoteados día sí día también.

La política del “no a todo” les da un evidente protagonismo mediático y quizás puede darles unos frutos electorales inmediatos (aunque esto sea dudoso) pero en ningún caso sirve para demostrar que tienen un programa alternativo al del equipo de gobierno que permitiera, de una forma diferente, que el país funcionara. Y esto no se ve por ninguna parte.