Carga dotaciones netas por 6.111 millones para hacer frente a su reto de descarbonización

20/02/2020

diarioabierto.es. Dibuja un escenario con el precio del petróleo subiendo hasta los 87 dólares el barril, pero con un coste del CO2 de hasta 70 dólares.

Repsol ha registrado unas dotaciones netas por importe de 6.111 millones de euros, resultado del test de deterioro realizado por el grupo con los nuevos escenarios de precios y entorno geopolítico para alcanzar su meta de ser una compañía cero emisiones netas en el horizonte de 2050.

Según consta en el informe anual de las cuentas de 2019 del grupo, está cifra se sitúa en los 4.867 millones de euros después de impuestos y fundamentalmente corresponden a los saneamientos extraordinarios por importe de 4.849 millones de euros para ese reto de la descarbonización.

Para este test de deterioro, el grupo señala que ha tenido en cuenta que durante el año 2019 se han consolidado dinámicas de medio y largo plazo en los mercados de gas y de petróleo que «han llevado a revisar las expectativas de precios del crudo y especialmente del gas».

Además, destaca la generalización de las políticas y compromisos públicos orientados a la descarbonización de la economía y, por tanto, «a la restricción de uso de combustibles fósiles y al desarrollo de nuevas tecnologías alternativas, que impulsan la transición energética y supondrán una reducción de la demanda de productos de hidrocarburos a medio y largo plazo».

De ahí, esta estrategia de adaptación a la transición energética del grupo, que ha iniciado asumiendo los compromisos de descarbonización alineados con los objetivos de cambio climático del Acuerdo de París y de Sostenibilidad de la ONU.

Deterioro de 5.694 millones en «upstream»

El grueso de estos deterioros llevados a cabo por el grupo dirigido por Josu Jon Imaz se cargan en sus activos de ‘Upstream’ (Exploración y Producción), con una cifra neta de 5.694 millones de euros.

De ellos, 3.572 millones de euros se refieren a activos en Norteamérica de gas, como consecuencia de los menores precios previstos para esta materia prima y la revisión de los planes de negocio para dar respuesta al nuevo entorno.

En los activos en ‘Upstream’ en Latinoamérica el deterioro asciende a 414 millones de euros, principalmente en Trinidad y Tobago, también por los menores precios del gas, y en Colombia, por el retraso del operador en los planes de desarrollo.

Mientras, en Europa, África y Brasil estas dotaciones asciende a 209 millones, principalmente en España, por expectativas de reducción de la actividad, y en Argelia, por menores precios del gas.

Además, otros 786 millones de euros de estas dotaciones netas en Exploración y Producción afectan, principalmente, a activos en Vietnam, Argelia y Papúa Nueva Guinea, donde los nuevos escenarios de precios no permiten concluir favorablemente sobre la viabilidad comercial de determinados bonos y sondeos capitalizados, algunos de los cuales están además sujetos a incertidumbres geopolíticas.

Asimismo, el grupo ha ajustado 793 millones de fondo de comercio asociado a la combinación de negocios de Talisman y ha minorado activos por impuestos diferidos asignados al área de ‘Upstream’ por otros 470 millones de euros.

Mínimos deterioros en «downstream»

En lo que se refiere a activos de ‘Downstream’ (Refino, Química, Marketing, Lubricantes, GLP, Trading y Gas y Repsol Electricidad y Gas) se ha registrado una reversión antes de impuestos de 229 millones de euros por el negocio de Gas & Trading en Norteamérica (principalmente la planta de regasificación de Canaport y los gasoductos para el transporte de gas en Norteamérica), debido a la evolución prevista de los márgenes de comercialización del gas. Asimismo, se han minorado los activos por impuesto diferido en 104 millones de euros.

En el resto del segmento ‘Downstream’, Repsol estima que, con los nuevos escenarios en el contexto de descarbonización y transición energética previsto de reducción de la demanda de productos petrolíferos y carburantes y el aumento en los costes de las emisiones de CO2, no habrá impacto debido a la calidad de sus activos y la capacidad de adaptación de los modelos de negocio a la nueva orientación estratégica.

De esta manera, el grupo confía en la calidad de sus refinerías, cuyas inversiones de los últimos años le han permitido situarlas al frente del sector a nivel mundial, para abordar y resistir en este negocio el exigente escenario hacia transición energética.

Sendas de precios del crudo y del gas

En este nuevo contexto, la petrolera ha dibujado un escenario para su test de deterioro de precios futuros del crudo y del gas. En concreto, traza un precio del Brent que parte desde los 65 dólares por barril en este año 2020 para ir creciendo progresivamente hasta los 74 dólares en 2025, los 81 dólares en 2030 y alcanzar los 87 dólares a partir de 2035.

En el caso del Texas americano, la curva de precios a futuro utilizada por Repsol va de los 59 dólares por barril este año, hasta los 84 dólares en 2035, con una ligera caída de unos tres dólares sobre este precio en los años siguientes.

Sin embargo, este test de deterioro de la compañía también recoge para sus previsiones una fuerte penalización en los precios del CO2 a futuro, en línea con la registrada ya en el último año. En este caso estima un precio de 28 dólares por tonelada para este año con una tendencia al alza que llevará hasta los 40 dólares en 2025 y tocará los 50 dólares en 2030 y los 60 dólares en 2035, alcanzando los 70 dólares en 2040.

Repsol destaca que esta nueva senda de precios del crudo y gas se encuentra alineada con los escenarios de Desarrollo Sostenible de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

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