Casado se desentiende

21/02/2020

Luis Díez.

La mano tendida de Pedro Sánchez al jefe de la oposición parlamentaria, Pablo Casado, para abordar conjuntamente eso que llaman “temas de Estado” como la renovación de los órganos constitucionales, el problema catalán, la financiación autonómica y del sistema de pensiones, amén de la política exterior y de seguridad, ha recibido el desprecio del destinatario. Casado no se casa con nadie, y menos con Sánchez. Sólo permite que se le arrime Arrimadas, pero por partes. PP y C’s en Euskadi sí, pero en Galicia no. El destino de Ciudadanos es la fusión antes de que la naranja pierda todos los gajos. Sus diez diputados no dan al PP la mayoría de bloqueo (un tercio del Congreso), pero ayudan a golpear el hígado al Gobierno.

La estrategia del de Palencia, afincado en Génova,13, es dura por interés de partido. Casado ha de evitar que la ultraderecha le sustraiga banderas y señales tan queridas como la unidad de España. No acepta la renovación de unos órganos constitucionales. como el Consejo del Poder Judicial, en los que disfruta de una mayoría heredada de legislaturas anteriores. Entiende los mecanismos institucionales, pero se desentiende porque interesa a un partido como el suyo, con demasiados personajes empapelados, mantener la mayor influencia judicial posible. Y, por supuesto, se desentiende de la arquitectura autonómica y se manifiesta abiertamente en contra del diálogo en y con Cataluña.

Al margen de si la estrategia opositora del PP es correcta y la táctica acertada, al Gobierno del PSOE-UP no le queda otra que seguir avanzando en sus alianzas con los nacionalistas para mantener la convivencia, el pulso económico y sacar adelante unos Presupuestos algo más sociales y equilibrados de los que hemos sufrido en la última década, con amnistía y regalos fiscales a los más pudientes.

Si del PP nada se puede esperar en materia autonómica –ultraderecha, conservadores y liberales deciden el uso y destino del 50% de los impuestos y distribuyen las subvenciones de la PAC–, de los nacionalistas vascos ha de llegar un respaldo sólido ahora que por fin van administrar la caja de la Seguridad Social en Euskadi y a recibir el traspaso de las prisiones, dos materias pendientes, dos reivindicaciones históricas. Sin romper el principio de “unidad de caja” del sistema de pensiones, la descentralización permitirá visualizar el superávit del sistema en el País Vasco y el déficit o desequilibrio en Cataluña, por ejemplo. De la mesa de diálogo con el Ejecutivo catalán ha de llegar asimismo el entendimiento en lo inmediato, el Presupuesto del Estado, el ‘primun vivere’ (después filosofar), mientras otros se desentienden. Pero cobran a fin de mes.

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