La humareda del Sahara

10/11/2010

Luis Díez.

Al ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, le tocó parcelar el Campamento de la Dignidad, levantado por los saharauis a las afueras de El Aaiún y arrasado por el ejército y la policía de Marruecos el lunes pasado. El diputado del PNV Aitor Esteban y la parlamentaria de IU-ICV Nuria Buenaventura exigieron aclaraciones sobre la posición del Gobierno ante el ataque sin testigos, a sangre y fuego, contra la indefensa población civil saharaui allí acampada para reclamar trabajo y techo en igualdad de condiciones con los colonos marroquíes que se han apropiado del Sahara Occidental. No basta con pedir “moderación” y “contención”, como ha hecho la ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, de gira por Latinoamérica, dijo Esteban. La expulsión de periodistas, abogados, observadores, diputados y eurodiputados españoles y de otros países de la UE debió animar al Gobierno a protestar para evitar mayores males como los que se han producido. “¿Se imaginan qué ocurriría si España hiciera eso?”, se preguntó Esteban. Su colega Buenaventura denunció “la masacre” y “los saqueos” contra los saharauis y preguntó “¿qué más tiene que ocurrir para que España proteste?”

Fue entonces cuando Ramón Jáuregui parceló el problema: primero desmintió “rotundamente” que el Gobierno tuviera información previa sobre la intervención marroquí. Y después consideró “precipitado” condenar la acción marroquí porque en estos momentos “hay demasiada confusión”. Lo único que queda es “lamentar profundamente” las muertes –el Frente Polisario habla de 11 saharauis muertos–, solidarizarse con las víctimas, incrementar la cooperación y esperar la investigación judicial que Marruecos nos ha prometido, añadió el ministro.

Jáuregui mostró tanta diplomacia que indujo a confusión al presidente Bono, y le llamó “señor ministro de Asuntos Exteriores”. Pero Jáuregui incurrió en un desliz significativo, pues después de explicar que el origen del campamento era mostrar la protesta por la falta de trabajo y vivienda, dijo que la decisión de las autoridades marroquíes de cercar el campamento e impedir el acceso a los medios y a los observadores es algo que forma parte del “núcleo duro de la soberanía, y nosotros no podemos hacer nada”. ¿Desde cuándo el Gobierno español reconoce la “soberanía” de Marruecos sobre el Sahara Occidental? En todo caso quiso dejar claro que “el conflicto incumbe a la comunidad internacional” y que España ha trabajado incansablemente para que después de diez años las partes recuperen el diálogo en Naciones Unidas. Entre tanto, la cooperación oficial con los saharauis de Tinduf seguirá aumentando. Ha pasado de tres millones de euros en 2003 a veinte en este ejercicio para que no pasen mucha hambre.

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