Hasta el 19 de abril estará abierta en Madrid, calle Velázquez 21, Casa Decor. Casi 6000 metros cuadrados dedicados a la decoración. El edificio de ladrillo visto, cubierta de pizarra coronada por una torre cilíndrica en el chaflán y miradores semicirculares acristalados, es, en sí mismo, una joya ecléctica que encargó el marqués de la Frómista al arquitecto José Espelíus, el mismo que proyectó la plaza de toros de Las Ventas.

Se visitan cinco de las seis plantas con las propuestas de 64 estudios de Interiorismo, que este año tienen la consigna de la sostenibilidad. De ahí que donde se ha podido se ha respetado el suelo de madera de caoba o de baldosa hidráulica original y en donde se ha tenido que intervenir, han optado por piedra caliza, pizarra, mármol o alabastro. En las paredes mucha tela, laminados, alabastro o murales pintados. Las piezas de anticuario, lámparas de cristal, de latón con formas de hojas, las obras de arte y los objetos de coleccionista, se salpican por las estancias. Se apuesta por el latón hasta para forrar paredes, el cristal, las molduras, el algodón, la madera, el mimbre y el ladrillo.

Las cocinas son espacios de convivencia en las que ha entrado la domótica. ¿Recuerdan la tendencia “cocooning”? pues así son los dormitorios. Poca bañera y mucha ducha. Importancia a los espacios de ordenamiento, ya sean vestidores o despensas porque el orden es progreso. En Casa Decor también tienen en cuenta a las mascotas y proponen un armario baño para lavarles y asearles. Ante la ausencia de terraza, una de las habitaciones se ha convertido en un invernadero con chimenea y lámina de agua. Algunas de las estancias parecen rescatadas de las casas blancas mediterráneas donde el éxito es la sencillez del barro, los muebles de madera y las paredes encaladas. Menos es más aunque por dentro viva la domótica.