El hundimiento histórico de la demanda de crudo, al que no se ve la salida, está golpeando la industria petrolera con una fuerza desconocida. Esta trayectoria se complica sin una respuesta de reducción similar del bombeo por parte de los países productores, que están enfrentados en guerras de precios y con la antes poderosas Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) con menos poder que nunca.

Con esta evolución y comportamiento por la propagación de la pandemia del coronavirus, la industria petrolera presenta un panorama inédito: stocks de petróleo que desbordan la capacidad de almacenamiento de las compañías o refinerías que reducen la producción de unos carburantes que no se demandan. Mientras, la cotización del West Texas ha caído a los 20 dólares el barril y el europeo Brent, a 25 dólares.

La prensa internacional destaca situaciones similares alrededor del mundo. El exceso de crudo ha hecho que algunas empresas no puedan manejar el exceso de productos para los que no hay salida en los mercados, y se ha recurrido a almacenarlos en petroleros que no se utilizan para el transporte porque los tanques están desbordados.

El alivio, que se vislumbró la pasada semana con el anuncio del Departamento de Energía de Estados Unidos que compraría 77 millones de barriles para sus reservas estratégicas, se trastocó con el cambio de planes. La cancelación de los planes del Gobierno de Donald Trump se debió a la negativa del Congreso a otorgar los fondos necesarios para la compra.

El exceso de producción ha roto el equilibrio entre oferta y demanda añade tensión, por lo que expertos, como los de Goldman Sachs, prevén que la bajada de los precios se mantenga a corto y medio plazo. También Faith Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía, estima que la cotización de las principales referentes, West Texas y Brent seguirán cayendo en las próximas semanas y meses.

Mientras, las fuertes divergencias entre Rusia y Arabia, que han potenciado la crisis de precios y producción, no se diluyen. Estados Unidos tampoco ha logrado, por el momento, que los saudíes desistan en su estrategia, tras el fracaso de la cumbre de la OPEP y Rusia.