Sacyr Vallehermoso, el primer accionista de Repsol con un 20,o1% del capital social, y Petróleos Mexicanos (Pemex), el socio industrial más antiguo de la compañía, que posee actualmente un 4,87% y pretende adquirir un 5% adicional en las próximas semanas, han firmado este lunes un acuerdo para votar de forma conjunta en las decisiones relevantes que se tomen en la petrolera.

Segun informó el grupo constructor y de servicios a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Pemex elevará su participación al 9,8%.

Con este acuerdo, que se ha comunicado al supervisor del mercado, ambas compañías sindican sus derechos de voto, que alcanzarán el 29,8% del capital social de Repsol, y aspiran a contar con la representación que les corresponde por su participación en el capital social de la compañía.

Cabe recordar que según la legislación española, cuando una empresa supera el 30% de las acciones de una compañía está obligada a presentar una oferta de compra por el 100% de dicha compañía. El acuerdo entre Sacyr y Pemex supone ya un peso suficiente en el consejo de administración para presionar al equipo de Brufau, algo que Luis del Rivero, presidente de la constructora lleva tiempo acariciando, con el objetivo de hacerse con la presidencia de Repsol.

Enfrentamientos

Del Rivero lleva tiempo reclamando los puestos que le corresponden en el consejo de administración. Sacyr compró el 20% del capital de Repsol en 2006, pidiendo inmediatamente tener más consejeros. Desde entonces la constructora no ha parado de buscar «socios» dentro de los inversores de Repsol, como la petrolera rusa Lukoil o incluso con la misma La Caixa, que posee el 12,97% de la petrolera.

El otro motivo de polémica entre Repsol y su socio ha sido la política de dividendos.

A ambas polémicas Brufau ha respondido asegurando que nunca ha impedido que los accionistas tengan los consejeros que les corresponde según el porcentaje de capital con el que cuenten. Y también ha ido revisando su política de dividendos, aumentándolos. Del Rivero incluso llegó a votar a favor de la reelección de Brufau en la última junta de accionistas de la petrolera.

El problema con que se encuentra Sacyr es que antes de que finalice este ejercicio debe hacer frente al vencimiento de una deuda de 6.700 millones de euros, de los que 5.000 millones corresponden al crédito que del Rivero solicitó  a un grupo de entidades financieras para poder adquirir el 20% del capital que posee en Repsol. Una opción que puede barajar la constructora es hacerse con el control de la petrolera para consolidar los resultados de Repsol en sus cuentes y diluir dicha deuda.