Tanto José Antonio Alonso como Soraya Sáenz de Santamaría trataron de mostrar su lado más amable y convincente para que los demás grupos parlamentarios aprobaran el proyecto de modificación de la Constitución que han pactado haciendo llamadas a que la discusión cuente con el mayor apoyo parlamentario posible. Pero parece que no va a ser posible.

Tanto CiU, por boca de Josep Antoni Duran Lleida, como Gaspar Llamazares en nombre de Izquierda Unida, han sido especialmente duros al acusar a los dos grupos mayoritarios de romper el consenso constitucional al no contar con ellos desde el inicio de la discusión criticándoles por decir que quieren contar ahora con ellos. Llamazares llegó a decir que “no se les puede considerar borregos”

José Antonio Alonso, por los socialistas, puso el énfasis al defender el cambio en que es el déficit estructural el que se limita, y que además se establecen excepciones que permitirán seguro mantener el gasto social que, según dice, ha sido siempre la política llevada a cabo por los gobiernos de este signo.

Por su parte Soraya Sáenz de Santamaría acentuó que de lo que se trata es de aceptar que “no se puede gastar más de lo que se ingresa” y que esto es precisamente lo que se instaura con la modificación propuesta, al tiempo que no perdió la ocasión para recordar que su grupo político llevaba un año pidiendo que se pusieran en marcha los mecanismos necesarios para garantizar la estabilidad presupuestaria.

Alonso explicó que el cambio propuesto se debe a la presión de los mercados, que estalló claramente en agosto y se teme que pueda volver a reproducirse en los próximos meses ante los importantes vencimientos de deuda que deben afrontar Francia, Italia y en menor medida España. Para Alonso la medida deberá calmar a los inversores porque tiene por objeto recordar que España es una buena pagadora y que va a seguir haciendo frente a sus obligaciones.

Duran Lleida, el portavoz de CiU, fue muy duro en su intervención porque además de criticar la forma y el fondo de la reforma de la Constitución considera que dicho cambio atenta claramente contra los intereses de las comunidades autónomas al limitar la capacidad financiera de dichas instituciones  al fijarse estrictamente el nivel de déficit que puedan tener.

Gaspar Llamazares pidió que se celebre un referéndum para que sea la ciudadanía quien decida sobre la reforma y Joan Ridao de Esquerra Republicana llamó a los demás grupos parlamentarios a rebelarse contra el acuerdo alcanzado entre PSOE y PP para que “quede clara la soledad de los dos grupos”. No lo dijo claramente pero estaba pidiendo que los demás grupos no participaran en la discusión parlamentaria que se va a llevar a cabo hasta que el viernes se apruebe definitivamente por el Congreso. El PNV, por su parte, anunció su oposición al proyecto de modificación de la Constitución.

La diputada de Nafarroa Bai, Usue Barko, fue objeto de un aplauso de toda la cámara tras su reincorporación al Congreso tras superar un cáncer. Barko lo agradeció y lo hizo extensivo a todos aquellos que pasan por situaciones similares.

El Pleno aprobó la toma en consideración con 318 votos a favor, 16 en contra y dos abstenciones.  La proposición se tramitará por lectura única gracias a 319 votos a favor y 17 en contra. El día 2 de septiembre se votará definitivamente la aprobación tras la presentación de enmiendas.