El Alto Representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, aprovecha su participación en la inauguración dde la plataforma de debate en Internet, NEF Online, que promueve Nueva Economía Fórum, para lanzar una advertencia: los Gobiernos tendrán que entrar en el capital de grandes empresas para que puedan sobrevivir a la pandemia: «Hemos tenido que modificar normas de ayudas de Estado para permitir que Alemania entre en el capital de muchas de sus empresas».

También avisa que este levantamiento del veto a las ayudas públicas a las empresas puede generar una «clara distorsión» en el mercado interior europeo y alterar «profundamente» el terreno de juego, porque algunos Estado tienen más fuerza y pueden colocar a sus empresas en mejores condiciones de «sobrevivir» a la crisis y de competir.

«Si uno compara la potencia de fuego financiera de los programas lanzados por Alemania y por Italia o España se verá una enorme diferencia»,argumenta. «Es evidente que unos países pueden hacer más que otros», recalca.

A su juicio, la UE debe garantizar la igualdad de condiciones entre los Estados, porque si no saldrá de la crisis con un mercado interior «completamente distorsionado» y con más divergencias aún que después de la crisis de 2008.

«No creo que el Estado deba ser propietario de las empresas, pero tampoco que deba sentarse tranquilamente a ver cómo quiebran», insiste.

De la emisión a la misión

Sobre la mutualización de la deuda, Borrell cree que lo que ahora se debate en las instituciones europeas es si se da el salto hacia un instrumento innovador. Hasta ahora, las ayudas europeas han consistido en facilitar que los países europeos se endeuden, permitiéndoles o abaratándoles el acceso a los mercados de deuda o facilitando préstamos.

«Hemos de pasar de la ‘emisión’ de deuda a la ‘misión’, a qué hacemos con el dinero obtenido», explica Borrell sobre la propuesta que ha presentado el Gobierno español de cara al Consejo Europeo del 23 de abril, adelantada por diarioabierto.es el 17 de abril. Es «emitir deuda para dar recursos que se administren a través de la Comisión o como sea, pero no para que los Estados miembros se endeuden más«.

Riesgo de nacionalismo y totalitarismo

Para Borrell, la pandemia está generando un debate sobre el papel del Estado en la economía, pero también  «una batalla de narrativas» sobre si son más eficaces los sistemas autoritarios, como el chino, o «iliberales» y los democráticos. La reacción de los países «con mayor calidad democrática» ha sido «mejor. «Las democracias más maduras han respondido mejor y se harán mejores gracias a la tensión que la crisis ha planteado», zanja.

Los populismos que desprecian a «los expertos» tienen ahora peor futuro, pero la pandemia sí es «terreno abonado» para autoritarismos y también para nacionalismos porque lo más fácil es responder levantando la frontera: «Decir, ‘dejadme solo’, como Torra diciendo Cataluña lo habría hecho mejor si hubiera sido independiente».

Cree que habrá que «repensar el aspecto seguridad en las relaciones comerciales», para que Europa tenga reservas de productos críticos, ahora que se ha visto que la UE, que «no produce ni un gramo de paracetamol» no tenía stock de productos químicos para preparar los fármacos contra el Covid-19. «La salud a partir de ahora es un problema de seguridad«, subraya.

Las relaciones de Europa con China «saldrán reforzadas» pero habrá que «repensar cómo funciona la globalización». «Las cadenas de valor tendrán que ser más cortas», remarca. Y no ve posible «un gran acuerdo comercial» con Estados Unidos.

La recuperación económica en Europa tiene que abordarse teniendo en cuenta la perspectiva de la lucha contra el cambio climático porque es una «exigencia» y representa un «motor de crecimiento». Pero además, porque la pandemia es una «advertencia de la naturaleza», ya que «tiene mucho que ver con los procesos de alteración climática y ambiental de nuestro planeta».