La crisis de las aerolíneas provocada por la pandemia del coronavirus, que ha reducido a mínimos el tráfico aéreo, está obligando a compañías de todo el mundo a reclamar el apoyo de los Gobiernos, entre ellos los europeos. Ejecutivos, aunque no todos están en las mismas condiciones, se enfrentan a elevados gastos sociales y a las necesidades de otros sectores, casi todos.
Si bien ningún país quiere ver como sus aerolíneas más representativas se hunden por falta de liquidez y por no poder cumplir con sus compromisos financieros, cuando el cambio de signo del turismo o de los viajes de negocio aún no se vislumbra. En este contexto, en el que se rompe con los usos y costumbres de la UE contrarios a los apoyos estatales, Lufthansa ha anunciado, no sólo pérdidas millonarias en 2020, sino una trayectoria que va a peor.
El grupo alemán ha reducido su facturación un 18% en el primer trimestre, hasta los 6.400 millones de euros. Y los datos de marzo son los peores del periodo, y prevén que en abril serán aún más penosos, dado que tiene casi todos sus aviones en tierra. Y, aunque señala que cuenta con liquidez por 4.400 millones de euros, a continuación destaca que tendrá que afrontar pagos que cuantifica en miles de millones de euros por cuestiones como la devolución de billetes de vuelos no operados.
Situación que le lleva a reclamar un rescate público que sólo sería cubierto por el Gobierno de Alemania; también los de Bélgica, Austria y Suiza, los países donde tienen la sede Austrian Airlines, Swiss Airlines y otras filiales del grupo. Medios financieros estiman que la aportación sería del orden de los 10.000 millones, puesto que la compañía reconoce que podría tener dificultades para la obtención de préstamos por no cumplir con los requerimientos de capital.
Al igual que Air France KLM busca el respaldo de los Gobiernos implicados, el grupo IAG (British Airways, Iberia y Aer Lingus, entre otras filiales) tiene que resolver el agujero que la falta de actividad hace en sus cuentas y balance. El problema ha surgido cuando Reino Unido debe negociar con la UE tras el Brexit, por lo que la solución es aún más compleja, aunque el objetivo es que todas las compañía del grupo salgan adelante.
En este contexto Iberia negocia créditos con diferentes entidades financieras por varios cientos de millones de euros, con la prioridad de mejorar su disposición de liquidez, según medios bancarios. Como otras aerolíneas tiene también a gran parte de su plantilla afectada por expedientes de regulación. La idea que emerge es que el Gobierno español no puede ahora inyectar dinero en Iberia, porque también lo tendría que hacer con otras aerolíneas. Si bien contará con el apoyo del Instituto Oficial de Crédito (ICO).
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