Casado pregunta a Sánchez por las medidas económicas ante el parón provocado por el maldito patógeno, pero en realidad sólo le interesa insultarle. Le llama “mentiroso”. Por lo visto, el jefe del Gobierno miente sobre el número de muertos, falsifica ante la OCDE los test sobre el virus, encarga importaciones de material inservible a sociatas y mafiosos que pagan comisiones y además no decreta luto nacional. ¿Qué interés puede tener Sánchez en falsificar el número de muertos y todo lo demás? Casado no lo explica porque los muertos son difíciles de ocultar y sabe que sería absurdo que Sánchez los guardara en un armario. Y en cuanto a los test, los hacen médicos, especialistas y personas de ciencia que saben lo que hacen. Y en cuanto a los que se compraron en China y no valían, el mismo engaño, especulación y granujería han sufrido otros gobiernos aun siendo de derechas.
Pero el líder del PP se interesaba por la economía y, claro, el jefe del Gobierno, desgrana las decisiones de contenido social y económico y se queda perplejo ante la invectiva del replicante. ¿Cómo explicarle que los datos de fallecidos son aportados por las comunidades autónomas, que tienen las competencias en materia sanitaria? De ningún modo. Casado compite en la infamia con la ultraderecha. Aun así y todo, el jefe del Gobierno se atiene a la pregunta y reclama su concurso en el pacto de reconstrucción social y económica tras la pandemia, es decir, en esa mesa de diálogo que el discípulo de Aznar y Aguirre tildó de “señuelo, trampantojo y teatro de guiñol” y ahora quiere presidir. Por cierto que no fue él, sino el propio Sánchez quien ofreció la ubicación en el Congreso de una comisión especial sobre la pandemia y sus consecuencias. Las derechas no lo vieron claro. Sánchez propuso entonces un pacto de la Moncloa y el PP dijo que no, que mejor en el Congreso. Pues vale, lo que usted quiera. Y ahí están.
Más allá del pliego de cargos contra el Gobierno, el pleno de control de este 29 de abril (Catalina de Siena, Tertulia, Tíquico y Torpetes en el santoral) sirvió al Ejecutivo para aportar una novedad muy importante para quienes menos tienen: la aprobación en mayo de un “ingreso mínimo vital”. Así lo manifestó el presidente Pedro Sánchez en respuesta al diputado Iñigo Errejón, y lo reiteró el vicepresidente Pablo Iglesias en contestación al secretario general del PP, Teodoro García Egea. Sánchez afirmó el compromiso de poner en marcha el mes que viene ese “nuevo pilar del Estado del Bienestar” y se mostró tajante al afirmar que su Gobierno no va a renunciar a la agenda social ni a dejar de ayudar a las pymes y a los autónomos.
Puesto que Errejón ha estudiado a fondo los agujeros del sistema fiscal, sabe que un punto más en el impuesto de los patrimonios superiores a tres millones de euros reportarían los 10.000 millones necesarios para la “renta mínima”. Además pidió a Sánchez que no se den ayudas ni bonificaciones a las grandes empresas con sucursales en paraísos fiscales. El jefe del Gobierno le replicó, también con firmeza, que “en absoluto vamos a abandonar la agenda de justicia fiscal”. No concretó más, pero el aviso a navegantes (evasores) quedó en el ambiente.
Fue Pablo Iglesias, en ese tono moderado que tanto escama al murciano García Egea, quien refrendó el anuncio del presidente ante un Primero de Mayo sin manifestaciones desde hace más de cuatro décadas. Aunque no anticipó detalles, la propuesta más firme es que “todas las familias puedan llenar la nevera” y si un trabajador, se halle en paro o en activo, no alcanza el salario mínimo interprofesional, reciba la renta mínima para llegar a los 900 euros mensuales.
Puesto que el secretario general del PP reprochó a Iglesias gestos tales como “cerrar el puño”, le acusó de “politizar el dolor” y le afeó no haber manifestado ni una sola vez su agradecimiento a las Fuerzas Armadas, a las Fuerzas de Seguridad del Estado y al Rey por sus esfuerzos ante la pandemia, el vicepresidente le replicó: “Me sorprende, señor Egea, que no haya citado ni puesto al personal sanitario en primer lugar”.
Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.