El Bundesbank, a favor de la «unión fiscal» en la eurozona

01/09/2011

Maite Vázquez del Río. Critica al BCE por asumir responsabilidades que corresponden a los gobiernos y que podrían llevar a la institución a perder su credibilidad en los mercados.

Todavía no se ha dicho la última palabra en ningún aspecto económico, financiero y fiscal en la eurozona. Se sigue dando vueltas y buscando soluciones. Cada autoridad europea, política y económica, llevan meses ofreciendo sus recetas. La última, la del presidente del Banco Central Alemán, Jens Weidmann, quien se ha mostrado partidario de una «verdadera unión presupuestaria». En su opinión, es una de las pocas soluciones con que se puede contar para evitar que se repita la crisis de deuda en la zona euro. Lo importante de esta confesión es que procede de un alemán, y Alemania es el país que lleva la voz cantante, con su canciller, Angela Merkel, a la cabeza.

Lo chocante es que Alemania, como Francia, han sido los primeros en defender sus propios intereses antes de acudir en rescate de los más débiles. Y que Weidmann diga que «una opción es dar un paso en la dirección del abandono de la soberanía nacional en esos dominios», es para situar esta opinión en lugar destacado. Claro que es el presidente del banco central alemán, y que su discurso tuvo lugar en Hannover, anque después su propio institución se ha encargado de difundirlo, y no lo ha dicho Merkel.

Weidmann también ha hecho referencia a otras posibilidades, por si «el abandono de la soberanía nacional» en materia fiscal no tiene buena acogida en los países de la eurozona. Y la opción más congruente es que cada Gobierno adopte sus propias decisiones para asegurar el equilibrio presupuestario, o como el presidente del ‘Buba’ concretó, «reforzar la disciplina de las políticas fiscales nacionales, en lugar de recortarlas«. Curiosa recomendación cuando llevamos dos años asistiendo en la mayoría de los países a medidas de recortes permanentes.

Sin embargo, las medidas recomendadas por Weidmann no parece que vayan a tener mucho futuro porque, además, ha criticado abiertamente las conclusiones de la cumbre europea celebrada el pasado 21 de julio, en la que se dio el visto bueno a un segundo rescate griego que casi un mes y medio después todavía está siendo objeto de debate, dada la búsqueda de garantías en las que se han empeñado países como Finlandia. Pero las críticas del presidente del Bundesbank se dirigen más hacia los poderes que se han dado al Fondo de Estabilidad para comprar deuda soberana de los países del euro en el mercado secundario. En su opinión, con esta práctica lo único que se va a conseguir es «mutualizar los riesgos» dentro de la Unión Europea, sin que con ello se refuerce «el conrol ni la posibilidad de influir en las políticas financieras nacionales».

Pero a Weidmann tampoco le han gustado las compras que se han hecho por parte del Banco Central Europeo (BCE) de deuda soberana española e italiana, una discrepancia (como miembro del consejo de BCE) que se hizo evidente cuando el BCE optó hace tres semanas por acudir al mercado secundario en busca de la deuda de los países más débiles (también compró deuda griega y portuguesa). En su opinión, esta práctica «ha difuminado las fronteras entre la política monetaria y fiscal», una potestad que a su juicio corresponde a los gobiernos y no a la autoridad monetaria, y que a largo plazo va a suponer -advierte- «erosionar la confianza en los bancos centrales y en la política monetaria».

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