Elegir entre lo malo y lo peor

08/05/2020

Maite Vázquez del Río.

Tras el confinamiento decretado en el estado de alarma, ahora toca empezar a recuperar las libertades… volver a lo que nos están intentando inculcar que será la  «nueva normalidad». Vamos, que hasta que no haya vacuna, nada volverá a ser como antes. Y lo que antes nos llamaba la atención como era ver a los ciudadanos chinos con mascarilla (antes era por la contaminación atmosférica) ahora va a ser una parte más de nuestro atuendo.

Ávidos de libertad estudiamos las fases que nos están diseñando. Particularmente la que más echo en falta es la libertad de movimiento… poder salir y entrar a mi antojo, desplazarme no solo por la ciudad sino por otras, viajar… del resto de libertades el problema de ejercerlas es más por la falta de otras cuestiones como que todo esté cerrado y tengamos que mantener una distancia prudencial.

Pues bien, ahora toca aplicar las fases y seguir siendo tan responsables como practicar todas las aperturas que se nos permite a pié juntillas. Y ya sabemos que un contagio depende de las medidas que cada uno adopte pero también que los demás las apliquen. Es como los accidentes de tráfico, la mayoría se debe a la imprudencia de los demás.

Y en estas circunstancias ahora nos toca creernos y confiar en las decisiones de cada autoridad estatal, autonómica y local. Nuestra vida está en manos de los políticos, mal vamos. O si no, tenemos el ejemplo claro de lo que está pasando en la Comunidad de Madrid. Antes de la decisión definitiva, la presidenta Ayuso quiere abrir ya las puertas a casi todo y ella misma se hace responsable de lo que pase: «yo soy responsable de que esto salga bien o mal. Lo asumo y lo asumiré», nos ha dicho. Claro que si nos contagiamos y, lo que es peor, nos morimos, no vamos a poder pedirle muchas responsabilidades. Para más dudas la responsable hasta ahora de gestionar la crisis de la pandemia en Madrid ha dimitido. Terrible dilema para los madrileños, la mayoría de los cuales se verán obligados a acatar lo que les exija su empresa.

Los madrileños, como en otros muchos lugares que siguen sumando contagiados y muertos, deberemos elegir entre susto o muerte. Isabel Díaz Ayuso quiere activarnos para evitar una situación económica que podría traer hasta problemas de orden público. Y para tranquilizarnos nos asegura que no habrá problemas en abrir de nuevo el IFEMA para acoger a los contagiados. Vamos que si hay un rebrote nos atenderán nuestros heroicos sanitarios.

En definitiva, la decisión final queda en nuestras manos. Aquellos que no puedan teletrabajar deberán decidir si vuelven a trabajar con los riesgos que ello conlleva, o se queda en casa y se van al paro, pero sin tener el coronavirus. ¿Cómo elegir entre lo malo o lo peor cuando las dudas sobre que el contagio está controlado no nos las despejan? Debemos elegir entre morir por el Covid-19 o morir de hambre en la calle. ¿Qué es lo malo y qué es lo peor?

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