Cinco consejos para afrontar con éxito una oposición

20/05/2020

Giacomo Navone. Estudiar para una oposición nunca es fácil, porque no basta con aprobar, sino que hay que buscar la máxima calificación posible con el fin de garantizar que estarás por encima de la nota de corte.

Cuando hablamos de forma sencilla de “una oposición” nos estamos refiriendo realmente a “un concurso-oposición”, a un examen en el que nos enfrentamos u oponemos a otras personas para conseguir un puesto de trabajo. Ello requiere el concurso de otros aspirantes y nuestro propio concurso, es decir, nuestra mejor predisposición y presencia para estudiar y luego mostrar y demostrar nuestros conocimientos a través de una prueba.

Estudiar para una oposición nunca es fácil, porque no basta con aprobar, sino que hay que buscar la máxima calificación posible con el fin de garantizar que estarás por encima de la nota de corte. A esta exigencia competitiva se une a menudo que las personas que opositan llevan tiempo sin estudiar o que incluso tienen que compartir este ejercicio con la responsabilidad de trabajar.

Para afrontar con garantía de éxito este desafío, de cuyo resultado puede depender toda una vida laboral, es esencial disponer de un método de estudio. La experiencia adquirida en el desarrollo de la empresa Curso Genius me ha permitido identificar cinco pautas con un gran impacto sobre la eficiencia del proceso de estudio.

  1. Planificar ciclos cortos de estudio. No es conveniente alargar los ciclos de estudio porque después de la primera media hora se reduce significativamente el rendimiento y, sobre todo, la capacidad de memorización. Los ciclos ideales son de 25 minutos, tras los cuales es imprescindible hacer un descanso de cinco minutos. Se trata de levantarse de la silla, salir de la habitación, caminar un poco o tomar agua. No se trata de consultar las redes sociales sin moverse del sitio o despistarse con una conversación telefónica. Es relevante cambiar de escenario durante ese corto espacio de tiempo para luego retornar al lugar en el que estudiamos. Recargaremos nuestra energía durante esas pausas para sumar al menos cuatro ciclos de media hora, después de los cuales es recomendable hacer un descanso más largo, de al menos 30 minutos.
  1. Hacer una prelectura de los textos que vamos a estudiar. Antes de leer es muy eficaz preleer, es decir, recorrer visualmente los textos que tenemos planificado estudiar en el próximo ciclo deteniéndonos en los epígrafes, titulares y palabras clave (suelen estar en negrita). Así prepararemos al cerebro para entender mejor lo que luego estudiaremos en profundidad. Es una forma de poner orden y crear un marco mental para facilitar el entendimiento de la materia.
  1. Apuntar las distracciones. Es casi inevitable que surjan distracciones. En ese momento no hay que dejarse llevar por ellas y cortar la dinámica de estudio, sino apuntarlas en un papel y seguir estudiando. De esta forma le estaremos diciendo al cerebro que no se preocupe, que ya nos ocuparemos luego, cuando sea el momento adecuado. En caso contrario, la distracción será un estímulo activo que dificulte nuestra concentración.
  1. Estudiar antes un glosario de términos. En las oposiciones es habitual que tengamos que estudiar materias que jamás hemos abordado en nuestra vida. Antes de sumergirnos en su estudio es fundamental entender los términos que son propios de la misma. Para ello debemos acceder a un glosario de la materia (se puede descargar de internet para tenerlo presente en el caso de duda) y entender el significado de los principales términos. Una jerga desconocida para nosotros es un obstáculo para la comprensión de un texto; eliminemos, pues, tal obstáculo antes de ponernos a estudiar en profundidad.
  1. Repasar al final de cada ciclo de estudio. Uno de los grandes retos de una oposición es que tienes que estudiar durante meses, lo cual dificulta que los conocimientos adquiridos en las primeras fases se mantengan sólidos hasta el día del examen. Es natural que se nos olviden cosas, especialmente las que están más lejanas en el tiempo. Para evitar esto y consolidar los aprendizajes es esencial repasar unos minutos al final de cada ciclo de estudio. Se trata de poner el foco en las ideas, conceptos y datos clave, que normalmente habremos subrayado o plasmado en un esquema. Esto nos ayuda también a verificar que realmente tenemos consolidado un capítulo, tema o materia concreta, lo cual nos dará seguridad y confianza para afrontar el siguiente.

El sustantivo “estudio” viene del vocablo latino “studium”, que significaba “empeño”, “afición”, “afán” (sobre todo, afán de aprender, “studium discendi”). Estudiar es, por tanto, dedicarse a algo con afán. Estos cinco consejos contribuyen a que el afán tenga el apoyo de una metodología y una disciplina, que son las claves de la ciencia. Se trata de estudiar con ciencia y a conciencia.

Giacomo Navone
Creador y director de Curso Genius

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