La compañía española Satlantis ha lanzado al espacio, desde la estación de la Agencia Espacial Japonesa, JAXA, situada en la isla de Tanegashima, la primera cámara óptica de dimensiones reducidas para la observación de la Tierra. Es la primera vez que una cámara de este tamaño alcanza en el espacio una resolución submétrica.
La cámara será situada manualmente por los astronautas de la Estación Espacial Internacional en el balcón exterior del módulo japonés, Kibo, orientada a Nadir (vertical hacia la Tierra). Esta operación tendrá una duración de cuatro horas y se producirá el próximo 25 de mayo.
“Es también la primera vez que una tecnología no japonesa se instala en la zona nipona de la Estación Espacial Internacional. Este récord no es desdeñable, al haber introducido una cámara española en el país de las cámaras, Japón”, comenta Juan Tomás Hernani, CEO de Satlantis.
Este hito ha puesto de relevancia la emergencia de un nuevo sector espacial, destinado a democratizar e integrar el espacio en el territorio, a través de los satélites pequeños, que alcanzará los 113.000 millones de euros en 2027, según Euroconsult.
Con un peso de 15Kg, un 80% inferior a las tecnologías clásicas, la cámara iSIM 170 de Satlantis grabará 20 imágenes por segundo de zonas terrestres clave, como grandes ciudades, fronteras, costas, zonas naturales u océanos. Estas imágenes permitirán detectar diferentes amenazas para el mar, como vertidos de petróleo de barcos, proliferación de algas o plásticos flotantes. También se podrá hacer un seguimiento de los avances y patologías en cosechas o incendios, así como análisis de la climatología y sus consecuencias. Gracias a la alta resolución de las imágenes, los datos obtenidos generarán observatorios para desarrollar nuevas políticas medioambientales globales.
Una empresa española con espíritu internacional
Esta startup, fundada en 2013 a partir de un proyecto de la Universidad de Florida, se dedica a la investigación, desarrollo y fabricación de cámaras ópticas para la observación de la Tierra desde el espacio. Se trata de cámaras acopladas a un satélite que, a diferencia de las desarrolladas hasta ahora, presentan un tamaño y un peso menor e incorporan inteligencia artificial, lo que sin duda les confiere una ventaja competitiva en un nicho de mercado al alza, como el de los nanosatélites, donde cada kilo lanzado al espacio se cotiza a razón de 30.000 euros.
Desde Bilbao, y con un equipo de ingenieros especializados, Satlantis ha necesitado siete años y una inversión de más de 16 millones € para conseguir una cámara espacial de alta resolución y dimensiones muy reducidas, que ha superado múltiples hitos y dificultades tecnológicas, financieras y de mercado.
“El futuro es trepidante. A corto plazo, haremos dos nuevos vuelos. El siguiente será con el Departamento de Defensa Norteamericano, en la misión STP-H7, una versión todavía más pequeña de cámara, iSIM90, esta vez preparada para el espacio profundo. Y para 2021, acometeremos el vuelo financiado por ESA y en colaboración con Open Cosmos, una empresa inglesa, de un nanosatélite destinado al sector del oil&gas”, concluye Hernani.
Asentada desde 2018 en el Parque Científico del Campus de la Universidad del País Vasco en Leioa (Bilbao) y con 40 personas en plantilla, la compañía está presidida por Cristina Garmendia. Satlantis cuenta con la colaboración de ESA, NASA y JAXA y el respaldo del ICO, Gobierno vasco, Universidad de Florida, Everis, Orza y Silo.
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