Coronavirus: la lenta y complicada vuelta a la normalidad

22/05/2020

Bank Degroof Petercam. "La estrategia de desconfinamiento gradual, combinada con la probable aversión de los hogares y las empresas al consumo y la inversión, probablemente conlleve que la economía siga teniendo un rendimiento inferior durante algún tiempo".

Las medidas de distanciamiento social establecidas para contener la propagación del virus están haciendo que la actividad económica mundial sufra una fuerte contracción.

La OCDE estima que la disminución inicial del PIB de sus estados miembros sea aproximadamente del 25%. El Fondo Monetario Internacional (FMI), por su parte, maneja un escenario base en el que la actividad económica mundial disminuirá un 3% este año, mucho más que en la Gran Recesión de 2008-2009. Para la zona euro, el FMI prevé una contracción del 7,5%. El distanciamiento social afecta a la economía en su conjunto, pero algunos sectores se ven más afectados que otros. Para el turismo, el comercio minorista, los hoteles y restaurantes y la industria del entretenimiento, el golpe es particularmente severo.

Dicho esto, esta crisis también se caracteriza por el carácter excepcional de las medidas de estímulo adoptadas conjuntamente por los gobiernos y los bancos centrales, para que los hogares y las empresas más afectados puedan superar la crisis.

Recuperación… pero aún no hay vuelta a la normalidad

Las instituciones internacionales (como el FMI, la OCDE y la Comisión Europea) prevén una notable recuperación de la actividad económica en 2021. El FMI espera que la economía mundial crezca casi un 6% el próximo año. Para la zona euro, el consenso es del 5,5%. Aunque el punto de partida es más bajo después del gran impacto inicial, y el margen de recuperación esmayor, es importante ser cauteloso en estas previsiones. La incertidumbre es mayor que de costumbre y estas previsiones pueden ser demasiado optimistas. Aunque podemos suponer razonablemente que la recuperación comenzará en el segundo semestre del año -de hecho, es probable que la recuperación ya haya comenzado, ya que la flexibilización gradual de las medidas de confinamiento implica una recuperación de la actividad económica-, todavía estamos lejos de volver a la situación económica normal del pasado. Las primeras cifras disponibles de China también están atenuando las expectativas sobre la fuerza que tomará la futura recuperación económica.

La economía al 90%

La estrategia de desconfinamiento gradual, combinada con la probable aversión de los hogares y las empresas al consumo y la inversión, probablemente conlleve que la economía siga teniendo un rendimiento inferior durante algún tiempo. Además, los epidemiólogos advierten que el riesgo de una nueva ola de contagio es alto, como ocurrió en el pasado con las principales pandemias de la historia. Una razón importante para esperar una segunda ola de contagios es que aún no hemos desarrollado la inmunidad de grupo. Hasta que no se disponga de una vacuna -el consenso es que pasarán al menos otros 12 meses antes de que pueda ser suministrada a gran escala- la economía no podrá funcionar a pleno rendimiento. The Economist lo llama «economía del 90%»; o, según Bill Gates: «La humanidad vencerá esta pandemia, pero sólo cuando la mayoría de la población mundial esté vacunada». Hasta entonces, “la vida no volverá a la normalidad”, como ha declarado el mundialmente conocido virólogo belga Peter Piot.

Medidas sin precedentes

El papel que desempeñan los Gobiernos y los bancos centrales es realmente inestimable. Las medidas provisionales establecidas tienen por objeto evitar en la medida de lo posible un daño permanente al tejido económico. Es probable que la duración de la crisis provoque cambios en el comportamiento de los hogares y las empresas, aunque es pronto para predecir con precisión cómo se manifestarán. También parece que la pandemia acelerará la digitalización y automatización del trabajo. Como resultado, los trabajos de media cualificación podrían sufrir una mayor presión. Cabe señalar también que las pérdidas de puestos de trabajo hasta ahora se han producido principalmente en los grupos de ingresos más bajos. Es de esperar que aumenten las desigualdades. De ahí la importancia de los amplios programas de apoyo público que actualmente garantizan los ingresos de los hogares. Será igualmente imprescindible que el apoyo continúe en caso de nuevos rebrotes de contagios y de que se refuercen aún más las medidas de contención.

Cómo afecta esto a la inversión

Todo parece indicar que la recuperación económica será lenta y no exenta de dificultad. Pero a pesar de ello estimamos un fuerte rebote de la actividad en la segunda mitad de este 2020, y que continuará hasta el año próximo, todo ello en un entorno de «nueva normalidad». Prevemos que deberán pasar varios trimestres antes de que las empresas vuelvan a registrar los beneficios anteriores a la crisis.

 

Investment desk, Bank Degroof Petercam

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