Los sindicatos han lamentado hoy el cierre de las plantas de Nissan en España que la marca nipona ha afirmado que tiene “intención” de llevar a cabo, según ha confirmado hoy el máximo responsable de la compañía, Makoto Uchida, durante la presentación de resultados de la empresas, cuyas pérdidas durante el último año fiscal rondan los 5.700 millones de euros hasta marzo.

Para UGT, el cierre de Nissan “ratifica” la situación de crisis que atraviesa la industria automovilística, que afecta especialmente a España, el segundo productor europeo, con más de dos millones de puestos de trabajo implicados, incluyendo empleos directos e indirectos.

El CEO de Nissan ha atribuido el cierre de Barcelona a los elevados costes salariales que soportan, en su opinión, las plantas catalanas cuyo cierre, ha dicho, constituye una decisión “muy difícil de tomar”.

Sin embargo, desde CCOO niegan este punto y afirman que la fábricas de Nissan en España tienen un nivel de rentabilidad “de los más altos del grupo”, además de una “alta flexibilidad” que les permitió recientemente abordar con éxito la fabricación de “hasta cinco modelos diferentes” de automóviles.

Una industria en crisis

Para UGT, la salida de España de Nissan “ratifica” la situación de crisis que vive a nivel mundial la industria del automóvil; especialmente en Nissan, al 64% de su capacidad productiva en España desde 2012, fruto de una estrategia “nefasta” que le llevó a fabricar monovolúmenes en lugar de todoterrenos, sin ningún acompañamiento comercial coherente, criticaron.

UGT ha reclamado al Gobierno español que adopte “medidas urgentes” que permitan a las factorías españolas adaptarse a los retos que tiene por delante este sector, ligados al automóvil eléctrico y la preservación del medio ambiente; según han dicho tras recordar los dos millones de empleos directos e indirectos del automóvil en España, segundo productor europeo de vehículos.

Por su parte, CCOO ha recordado a Nissan los costes del cierre de sus plantas en Barcelona, que el sindicato cifra en “más de 1.000 millones de euros”, incluyendo la descontaminación del suelo, infraestructuras, indemnizaciones a proveedores, trabajadores y comerciales, así como los gastos derivados de los juicios mercantiles y laborales que se puedan entablar.

Además, CCOO acusa a Nissan de “engañar” a los trabajadores y las instituciones por “incumplir” las inversiones para las cuales tenía comprometidas ayudas mediante los “acuerdos” que desembocaron recientemente en la salida de 600 trabajadores, en su mayor parte mediante prejubilaciones.

“Es un grave error abandonar una de las capitales del mundo como es Barcelona, ‘hub’ tecnológico del sur de Europa”, sentenciaron.