La vicepresidenta económica del Gobierno, Nadia Calviño, aprovecha un encuentro en el Consejo General de Economistas para lanzar un mensaje de optimismo, ya que´se constata un «cambio de tendencia»  tras el fin de la hibernación y el inicio de la desescalada, con «cierta recuperación» en la actividad y el empleo, en línea con las previsiones del Gobierno, que apuntan a una recuperación en ‘V asimétrica’, con un «crecimiento importante» en 2021.

Calviño mantiene la previsión de una caída del PIB superior al 9% este año, pero resalta que los datos de afiliación a la Seguridad Social en mayo apuntan, «con la máxima cautela», en la «misma dirección» de la recuperación. Si la desescalada continúa por la misma senda, progresa adecuadamente el control de la epidemia y cambia la tendencia negativa de la economía mundial, el PIB crecerá el 6,8% en 2021.

«Lo que hagamos ahora es determinante para el futuro», avisa Nadia Calviño, a quien el presidente del Consejo General de Economistas, Valentín Pich, presentó como «la persona clave en el momento clave» y a la que pide medidas «proactivas y proempresa», frente a «ideas de bombero».

La vicepresidenta económica argumenta que la reconstrucción empezó con el primer paquete de medidas aprobado en el inicio de la pandemia, con las líneas ICO, las 205.800 moratorias hipotecarias, 309.500 de otro tipo de crédito y otras 240.400 concedidas por entidades financieras que van más allá del esquema aprobado por los reales decretos. Más de 750.000 en total, que han permitido a «cientos de miles de familias ver aliviada su situación».

A estas medias se suman los ERTE, que han cubierto a más de 3 millones de trabajadores y 550.000 empresas y «están cumpliendo su función», ya que hay «recuperación» parcial del empleo perdido desde marzo. En mayo se han sumado más de 200.000 afiliados y 400.000 trabajadores en ERTE por fuerza mayor regresaron a la actividad.

Nadia Calviño reconoce que hay que estudiar un tratamiento «más adecuado» de los ERTE para sectores específicos e ir adaptándolos «más allá del 30 de junio», analizando otras herramientas para que el ajuste se haga en horas y «no en trabajadores», al tiempo que se impulse la reorientación profesional y se estudien instrumentos de flexibilidad alternativos a los mecanismos de ajuste tradicionales de la economía, que se centran en los más vulnerables y los contratos temporales.

También se reforzarán los planes de choque para apoyar a sectores estratégicos más afectados, como el turismo, automoción o comercio, junto a la red de protección social, que pasa por el ingreso mínimo vital, entre otros.

Plan de reformas

Sobre el plan de inversiones y reformas que prepara el Gobierno, Nadia Calviño adelanta que estará «alineado» con el proyecto comunitario y se concentrará en seis líneas generales de acción en los dos próximos años:

1. un pacto por la reactivación para la transición ecológica y el desarrollo de la economía verde, a través de la Ley del Cambio Climático y eficiencia energética, la estrategia de Economía Circular, el plan de choque por la economía sostenible y un plan de rehabilitación de viviendas y eficiencia.
2. un pacto por la industria, el emprendimiento y la conectividad, con medidas como un plan de conectividad digital, el despliegue del 5G, la Ley de ‘Startups’, planes de digitalización de pymes y la transformación en sectores agroalimentario, sanidad, transporte o turismo.
3. un pacto por el empleo y la formación profesional, con una apuesta por la FP dual, la capacitación digital de la población o la reorientación del nuevo Estatuto de los Trabajadores
4. un pacto por la innovación y la ciencia, para aumentar la inversión pública y privada en este campo hasta al menos el 2% del PIB.
5. un pacto por los servicios públicos, abordando los desequilibrios y la desigualdad, con medidas como el ingreso mínimo vital, y un pacto por el campo para transformar el sistema agroalimentario, con impulso a la economía rural y una estrategia para frenar la despoblación y abordar el reto demográfico.

La vicepresidenta económica reitera el «compromiso» del Gobierno con el mantenimiento del poder adquisitivo de las mismas, que «no se pone en duda». «Vamos a cumplir, por supuesto», asegura, y «en cuanto se pueda» se pondrá en marcha de nuevo el Pacto de Toledo para seguir abordando la sostenibilidad del sistema. «No se trata de pensiones dignas ahora, sino de garantizarlas en 20 y 40 años», recalca.

Hay gastos e inversiones «imprescindibles e inaplazables», por lo que será a «medio plazo», una vez que se recupere la senda de crecimiento sostenido, cuando se retome la senda de consolidación fiscal, con una previsión de un déficit del 10,34% y una deuda pública del 115,5% del PIB en 2020.

La reforma fiscal buscará un sistema «justo y con progresividad», adaptando a la realidad del siglo XXI para que haya una competencia justa entre las grandes plataformas de servicios digitales respecto al comercio minorista, y un análisis «exhaustivo» de las bonificaciones y deducciones de los últimos años, en el marco también de la revisión del gasto público de la AIReF que permitirá mejorar la eficacia en la inversión y el gasto público.

Consejos Asesores

Nadia Calviño anuncia la creación de dos consejos asesores de Economía y de Inteligencia Artificial, y que se reactivará el de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, que no se reúne desde octubre de 2015.

La inteligencia artificial es la «palanca clave» para asegurar un futuro con un «enorme potencial» en ese campo, que comporta para el ámbito público un «importante desafío» en materia de ética, derechos individuales y colectivos y valores democráticos.

«En este momento trascendental nadie sobra, todos podemos sumar, todos tenemos que aportar si queremos tener éxito en el terreno económico», concluye Nadia Calviño.