Josep Maria Sala es un médico de 66 años especializado en medicina de familia, jubilado de la Seguridad Social pero activo en la privada. Tiene su consulta en Pineda de Mar (Barcelona) desde hace 40 años. Cuando estalló la crisis del coronavirus vio que el 061 y los teléfonos de emergencia estaban saturados y se ofreció de voluntario en el ambulatorio del pueblo. Le dijeron que no hacía falta y a través del Colegio de Médicos de Barcelona descubrió #MédicosFrentealCovid, iniciativa puesta en marcha por DKV con la colaboración de profesionales de la medicina.
A través de la plataforma Quiero Cuidarme Más de DKV, ahora abierta a toda la población para combatir la crisis sanitaria, Sala podía atender telemáticamente a las personas. Más de 760 durante la fase álgida de la pandemia.
Al principio, las dudas eran mayoritariamente sobre la Covid-19 y especialmente sobre el miedo a infectarse. Poco a poco, esas consultas pasaron a ser preguntas sobre cómo prevenir el contagio, qué medidas seguir, qué tratamientos son los mejores y si realmente era necesario o no la mascarilla.
Otras consultas que le llegaban eran de madres que le enviaban fotos de erupciones en la piel de los niños. Al principio la recomendación era mantener la calma y aplicar cremas para aliviar el picor, pero luego se supo que sí que era un síntoma del virus en niños.
Durante el pico más alto de la pandemia este médico voluntario tuvo que lidiar con situaciones personales muy extremas, que requerían atención más psicológica que sanitaria.
“Llegué a responder a unas 40-50 consultas diarias, me levantaba por la mañana, encendía la aplicación y no paraba. Trabajé con la aplicación Quiero Cuidarme Más 12 horas diarias, la gente estaba muy agradecida y yo me sentía útil. Además, nunca había tenido pacientes tan agradecidos y el confinamiento me pasó volando porque me pasaba el día trabajando” comenta el doctor.
De todas las consultas que hizo Josep María, solo un 5% aproximadamente fueron derivadas a las urgencias de los hospitales. Aun así, el profesional confiesa que lo pasó mal en algunos momentos porque algunos pacientes llamaban al 061, al hospital o a urgencias y no había manera de que les contestaran. “En un caso muy extremo, ya no sabíamos dónde llamar y acabé hablado con la comandancia de la guardia civil”, bromea una vez que ya ha pasado lo peor.
Tras tantas consultas y horas con la aplicación, el doctor asegura que la telemedicina debería implantarse ya que podría descongestionar los centros sanitarios. De hecho, pensaba que le costaría entablar confianza con los pacientes virtuales y no ha sido así, ha sentido que estaba al lado de las personas cuando lo necesitaban, ya que muchas veces una conversación con un profesional es la cura de algunos males.
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