En Estados Unidos están de conmemoración. Un día como hoy, pero en 1865, tuvo lugar la declaración de emancipación en Texas, el último estado en adherirse a la proclamación que había aprobado por decreto de Abrahan Lincoln dos años antes. En aquel entonces, 250.000 esclavos fueron liberados. En el país se la conoce como la ‘Juneteenth’.

La población negra estadounidense -tal fue y en algunos casos sigue siendo- va sumando sus días de conmemoración y recuerdo. Así encontramos el Día de Martín Luther King, el mayor activista de los derechos civiles de la población negra, y ahora quieren que en todo el país la «Juneteenth’ sea declarada fiesta nacional. Hasta ahora 46 estados la reconocen, faltan cuatro. También las empresas tienen la última palabra y hasta hay quienes la consideran como la festividad más sentida, incluso más que el Día de la Independencia, que fue la antesala del periodo de esclavitud en el país.

Como en su día la de Martin Luther King, la muerte de George Floyd, asesinado por un agente de Policía, se ha convertido en bandera de lucha que dura casi un mes en la mayor parte de las ciudades norteamericanas. Una gota más que rebasó el vaso porque se diga como se diga en Estados Unidos hay racismo, un rechazo a la población negra que pasa de generación en generación.

Lo único que se pone en evidencia es que el racismo existe y pese a los siglos que van pasando no se ha encontrado la vacuna contra este «virus», un racismo que se va extendiendo hacia otras razas y etnias como los árabes o los gitanos. En todo país existe su «virus racista» particular cuya patología es el rechazo frontal, sin argumentos, un rechazo que a veces llega a convertirse en odio. Y con la que está cayendo este rechazo y odio hasta se dirige a quienes no piensan igual.

Insisto en que el racismo es casi un virus porque en la segunda década del siglo XXI se sigue manteniendo y expandiendo. ¿Se lleva en los genes? ¿Hay razas y personas supremacistas que se creen superiores al resto? En Estados Unidos ese racismo va creciendo también hacia los latinos -de Sur América y de España, porque no nos distinguen-, y árabes ¿nos ven más tontos? ¿menos capaces? ¿somos todos terroristas?… es como si en cada región del planeta se tuviera que rechazar a alguien para sentirse superior. Parecido a los que son los seguidores de un equipo de fútbol, los nacidos en una ciudad, o los que defienden una determinada ideología… La cuestión es tener enemigos para reforzar nuestra etnia o preferencias. ¡¡¡¡¡¡¡Y no hay vacuna!!!!!!