Tras analizar las últimas cifras disponibles sobre personas infectadas y muertes, el estudio ha observado un «claro incremento» de la tasa de mortalidad conforme el sistema sanitario se va colapsando. De este cálculo se deduce que de las 51.000 personas que fallecieron en España a consecuencia del coronavirus, más de 26.000 murieron por no haber podido recibir una atención sanitaria adecuada en el peor momento de la crisis.
Además, concluye que este incremento de la mortalidad es mucho mayor en el caso de las personas mayores de 74 años. De hecho, el 28 de marzo, día con mayor saturación hospitalaria en España, la probabilidad de que una persona mayor de 74 años contagiada del COVID-19 falleciera casi se triplicó pasando del 10 al 28 por ciento. Este hecho provocó que el 88 por ciento de las personas que fallecieron a causa del colapso sanitario fueran personas mayores de 74 años, es decir, casi 24.000 personas.
En el caso de las personas de entre 65 y 74 años, la probabilidad de que una persona contagiada falleciera el 28 de marzo fue más del doble que la observada a principios de marzo, pasando del 1,3 al 2,9 por ciento; y en el caso de las personas menores de 65 años aumentó en un 60 por ciento, pasando del 0,11 a principios de marzo al 0,18 por ciento.
Las comunidades autónomas con el mayor número de fallecimientos a causa del colapso sanitario son Cataluña (7.930), la Comunidad de Madrid (7.700 personas), Castilla-La Mancha (3.660), Castilla y León (2.340) y el País Vasco (1.000).
El estudio ha puesto por primera vez en relación el número de personas infectadas del estudio del Instituto Carlos III (ISCIII) con las muertes recién publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), obteniendo como resultado la evolución de las tasas de mortalidad en España como consecuencia de la saturación hospitalaria, pudiendo conocer así el número de personas que han fallecido como consecuencia del colapso de los hospitales.
«La investigación reafirma la idea de que el colapso sanitario aumentó la probabilidad de que una persona infectada por el COVID-19 falleciera. En efecto, se observa que las tasas de mortalidad más altas corresponden a aquellas comunidades autónomas que tuvieron sus sistemas sanitarios más saturados. El análisis riguroso de los datos será clave para acertar en la toma de decisiones, comenzar la ‘nueva normalidad’ lo antes posible y evitar que pueda producirse otro colapso sanitario», explica el coordinador del estudio, Jorge Serrano Paradinas.
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