Inversores abrumados por demasiados datos

27/06/2020

Miguel Ángel Valero.

Muy interesante el informe ‘Rational or Emotional? The Real World of Private Equity’, elaborado por el equipo de private equity de DWS sobre el papel de las emociones en estas actividades. Sobre todo, porque plantea una cuestión trascendental: si las empresas y los inversores están desperdiciando miles de millones por no escuchar sus corazones.

En la elaboración de este estudio, que seguramente sea el primero que se ha hecho público con este planteamiento, han participado un centenar de personas, entre operadores de la actividad de private equity y expertos en el mundo de las finanzas emocionales y de comportamiento.

¿Por qué es importante? Entre el frenesí de las transacciones de private equity, un gran tabú se cierne sobre los nuevos «amos del universo». El informe habla sobre la  necesidad del poder de las emociones en la inversión de private equity, proporcionando una instantánea exclusiva sobre si ésta es la clase de activos más emocional dentro de los mercados financieros.

Los profesionales dedicados al private equity consideran que necesitan transmitir una sensación de certeza en la toma de decisiones, pero saben que en realidad se enfrentan constantemente a la incertidumbre y a ciertos análisis conflictivos. El instinto y la intuición forman parte de una clase de activos a largo plazo, pero muchos sienten que no pueden admitir que éste sea el caso.

Los inversores de private equity se enfrentan a un muro de presión para hacer análisis detallados, pero para una gran mayoría es difícil encontrar tiempo para detenerse y reflexionar, algo sorprendente para un enfoque de inversión inherentemente a largo plazo.

El dato más llamativo es que el 40% de las personas que invierten en instrumentos de private equity reconocen que están «abrumados» por demasiados datos.

Otro dato que invita a la reflexión es que más de la mitad de los participantes senior en el estudio de DWS reconocen abiertamente que hablar de los factores emocionales y de utilizar la intuición en las inversiones eran «tabú». Aunque, curiosamente, también admiten que la mitad de su proceso de toma de decisiones se basaba en factores más suaves como la «confianza» y las «relaciones».

Porque el mundo del private equity, como toda decisión de colocar el dinero en un determinado sitio, se expone como una montaña rusa de emociones a lo largo del ciclo de vida de una inversión. Dada la naturaleza a largo plazo del modelo de negocios, muchas de las personas implicadas en estos procesos sienten que los factores emocionales pueden apoyar, pero también dañar, las buenas decisiones de inversión.

Una de las conclusiones del informe de DWS es que la industria debería fomentar la capacidad de debatir los aspectos emocionales dentro del ciclo de vida de la inversión en private equity. Una amplia mayoría siente que una mayor apertura a los desecandenantes emocionales y otros aspectos de la la naturaleza humana pud conducir a decisiones de inversión más equilibradas basadas no sólo en un análisis detallado de los datos, sino también en los factores más ‘suaves’ de las relaciones, la confianza y la intuición.

Es más. Algunos expertos en private equity reconocen que dejan pasar buenas oportunidades porque no hay suficiente análisis de los datos, aunque su experiencia e intuición les llevan a respaldar la decisión.

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