Podría parecer que se ha producido una curiosa alteración en el rango de las personas, pero no es así. El mercado americano cayó exclusivamente por culpa de Bernanke y Obama no cotizó porque empezçó a hablar en el Congreso con el mercado cerrado.

¿Qué hizo Bernanke? Remitirse en todo momento a lo expresado en el pasado mes de agosto. Ni una sola frase nueva, ni una pista de por dónde pueden ir los tiros y, sobre todo, ni una mención a una posible QE3.

Está visto que los banqueros centrales van a su bola y tienen un lenguaje propio. Trichet, con sus «no palabras», amenazó seriamente a las Bolsas europeas» y Bernanke, con sus «no palabras», destrozó la alegría reinante en Wall Street. Curioso que ambos se empecinaran en no decir lo que los mercados esperaban, aunque hay que conceder el beneficio de la duda a Trichet, que sí dijo cosas, mientras que Bernanke nmo dijo absolutamente nada.

¿Y Obama? Ha pedido a los republicanos que apoyen un recorte a la mitad de los impuestos que soporta la contratación. Eso parece tenerlo ganado ya que no veo yo a los republicanos votando contra una rebaja fiscal.

Esa ha sido la «propuesta estrella», aderezada con programas de infraestructuras para crear empleo y otra serie de cosas que los expertos valores en 440.000 millones de dólares. Pero Obama se ha comprometido a apoyar que la comisión bipartidista que debe negociar la rebaja del déficit rebaje planes como Medicare o Medicaid, hasta ahora intocables para el presidente.

La valoración de las palabras de Obama y, sobre todo, de las posibilidades de que sus propuestas puedan ser puestas en práctica con rapidez la trendremos mañana. Hoy lo que tenemos son pérdidas, y además abultadas.

El Dow Jones cerró con una caída del 1.04%, el S&P 500 bajó un 1.06% y el Nasdaq Composite un 0,78%,