La ideología, extramuros del Banco de España

01/07/2020

Hernando F. Calleja.

Me ha sorprendido, y debo decir que no muy agradablemente, un pasaje del discurso del Gobernador del Banco de España ante los economistas. Voy al grano para que no haya dudas. Se refería Hernández de Cos a la “insoslayable” reducción del déficit público una vez que se haya producido la recuperación y aseguraba que para una consolidación “profunda” a medio plazo, solo hay dos opciones, reducir gastos e incrementar los ingresos. Hasta ahí todo ya visto. Lo sorprendente para mí, viene cuando afirma que el Banco de España no se pronuncia sobre la composición de ese ajuste futuro. “Hay un componente  ideológico muy alto y es una discusión a la que el Banco de España no puede entrar”.

Confieso que me quedo ojiplático a ver esta frase entrecomillada en las versiones periodísticas. Llevo leyendo literatura del Banco de España desde los tiempos en que Coronel de Palma llevaba la gobernaduría de la entidad y no había visto registrado nada parecido, evadir una opinión técnico-económica por ser materia de debate ideológico extramuros del Banco. Sería un ejemplo de neutralidad ideológica que muchos estarían dispuestos a destacar, pero no ha sido así.

El Gobernador no se ha quedado en el umbral del debate, no sé si le ha traicionado el subconsciente o no, pero ha apuntado claramente cuál de las opciones le parece la más pertinente, cuando afirmaba a continuación que hay países con un mismo nivel de desarrollo y protección [que España] que tienen “diferencias impositivas de más de 20 ó 30 puntos de PIB”. O sea, que se trataba de eso, de no decir, pero señalar; de no entrar, pero poner ejemplos de un signo ideológico concreto.

Me pueden acusar esta vez de quedarme con una parte, y no la principal, de la intervención de Hernández de Cos. Acepto la reprimenda, porque he visto el documento que ha colgado el Banco de España en su web y hay varias cuestiones interesantes y mucha información gráfica sobre esta crisis. También apelaciones más que rutinarias a las reformas estructurales necesarias para salir del atolladero y enfrentar el medio plazo, aunque siempre que se habla de reformas estructurales nos quedamos esperando a que alguien pase de las musas al teatro y en vez de enunciarlas, desgrane una por una y en qué sentido deben hacerse.

Pero es que eso también es un “debate ideológico” y la tecnocracia debe quedarse fuera.

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