Uno de las grandes víctimas del coronavirus han sido los hospedados en las residencias. El índice de mortalidad en estos centros ha sido muy elevados y la atención que les han prestado las administraciones en muchos casos ha sido muy deficiente, sobretodo en las primeras semanas de la pandemia.

El coronavirus ha puesto en evidencia que algunos de estos centros no reunían las condiciones adecuadas e incluso el trato que recibían los residentes dejaban mucho que desear. Es verdad que si la administración parece que no siempre hacía los controles adecuados otra parte de la culpa la tienen el desinterés que demuestran algunos familiares que han mostrado poco interés para conocer el trato que recibían sus mayores (algunos los consideran un aparcamiento de viejos) Otras, faltaría más, tenían un comportamiento ejemplar y han demostrado una gran profesionalidad cuando en los centros que trabajaban el coronavirus hacía de las suyas y las intoxicaciones afectaban tanto a los internos como a los trabajadores.

Hecha la denuncia y ante la lluvia de críticas que están recibiendo estos días estos centros me parecen injustas. Las residencias no son hospitales pero tampoco son hoteles. Por la edad de los internados han de tener una serie de servicios específicos (normalmente tienen enfermero/as) que saben como actual cuando surgen problemas bien reclamando la presencia de un facultativo o requiriendo el traslado del enfermo a un centro hospitalario. Sin embargo los protocolos establecidos han fallado estrepitosamente y no precisamente por parte de estos centros asistenciales. Han habido órdenes de no trasladar enfermos a unos colapsados centros hospitalarios en algunos casos y en otros la actuación del facultativo sólo era telefónica. La culpa del mal servicio no era en muchos casos de estos centros si no de la administración que era incapaz de cumplir con su cometido-

Ahora todos estos problemas han salido a la luz y si bien no se puede remediar el pasado si que se han de tomar medidas para evitar que vuelva a suceder en el futuro.