El Consejo de Ministros ha aprobado la puesta en marcha de un primer tramo de 8.000 millones€ de la nueva línea de avales del Instituto de Crédito Oficial (ICO) para empresas, que tendrá un importe global de 40.000 millones para empresas, después de que la primera línea de 100.000 millones se haya agotado y sigan existiendo necesidades de financiación.

La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, explica en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que estos avales públicos canalizados por el ICO, que en total ascenderán a 140.000 millones (200.000 millones si se suma la aportación privada) suponen el 20% del Producto Interior Bruto (PIB) previsto para 2020 y han evitado una caída de éste de más del 25%.

De los 8.000 millones desbloqueados, hasta 5.000 millones quedarán reservados el colectivo de pymes y autónomos, y estarán orientados también a fomentar la inversión productiva. Esta nueva línea de créditos está destinada no solo a financiar capital circulante, sino también a impulsar la actividad inversora y fomentarla en las áreas donde se genere mayor valor añadido, en torno a dos ejes principales: la sostenibilidad medioambiental y la digitalización.

Crecimiento «robusto» en 2021

Nadia Calviño explica que todos los indicadores disponibles apuntan a una recuperación en forma de «V asimétrica» en medio de los rebrotes, que durarán «cierto tiempo», con un crecimiento «robusto» en 2021.

Anuncia tras el verano un plan de recuperación a medio plazo, que más allá de apoyar el crecimiento a corto plazo, utilice los nuevos fondos comunitarios para acelerar un proceso de «transformación y modernización» de la economía.

Eeste proceso debe permitir «crecer durante un largo periodo de tiempo sin generar desequilibrios como los arrastrados en el pasado y lograr un crecimiento más inclusivo y sostenible».

La vicepresidenta económica está «cien por cien de acuerdo» con todas las recomendaciones que dicte el Banco Central Europeo (BCE) para proteger la solidez de los balances de los bancos y que sigan contribuyendo a ser «parte de la solución» en la actual crisis del Covid-19, como su recomendación a la banca de no repartir dividendos y no efectuar recompras de acciones propias para preservar el capital.

«Como no podía ser de otra manera, estoy cien por cien de acuerdo con todas las recomendaciones que dicten el BCE o las autoridades de supervisión pertinentes tendentes a reforzar esa capacidad de acción de las entidades financieras para que sigan siendo un factor de estabilidad, parte de la solución y de la salida a esta situación excepcional», argumenta.