Los espectaculares cambios en la economía mundial, con Estados Unidos a la cabeza, han revolucionado la composición de los índices bursátiles, y en especial en las economías más desarrolladas. Si el S&P 500 y el Nasdaq marcan récords al alza, pese a las incertidumbres creadas por la pandemia del Covid-19 y la guerra comercial entre China y Estados Unidos se debe al potencial de los valores tecnológicos.
Apple que capitaliza 2.000 billones de dólares (es decir, 2 billones europeos) es el rey indiscutible, pero también los son Tesla, Microsoft, Amazon, EBay o Netflix. Al otro lado las compañías de aviación y las relacionadas con el turismo. Si bien el cambio más radical lo protagonizan las petroleras ante el cambio en las políticas energéticas, que están enfocadas a las energías renovables también en la automoción y la aviación.
En este contexto el líder no estatal del sector del petróleo, la estadounidense Exxon Mobil tendrá que dejar el Dow Jones, índice de referencia de Wall Street, este 31 de agosto, por la caída de su valor en Bolsa a 175.000 millones de dólares. Fin de una era, que se une, a la marcada por otros gigantes caídos, como la mítica General Electric.
El proceso de decadencia de Exxon frente a las tecnológicas no ha sido tan largo, no llega a la década desde que la petrolera creada en 1928 con el nombre de Standard Oil of New Jersey fuese símbolo de poder económico y político. Ahora va a ser sustituida por la tecnológica Salesforce.com
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