El Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, asegura que las relaciones entre la Unión Eurolpea y Turquía han llegado a un «punto de inflexión» que obligará a los jefes de Estado y de Gobierno europeos a tomar «decisiones difíciles» en la cumbre que les reunirá en Bruselas el 24 de septiembre. No obstante, defiende la necesidad de mantener abierta la vía del diálogo con Ankara para lograr rebajar la tensión.

«Nuestras relaciones están en un punto de inflexión. Es uno de esos momentos en la historia en la que los políticos deben afrontar decisiones difíciles para tratar de lograr lo mejor para todos nosotros, y estoy seguro de que es lo que intentará el Consejo europeo en su próxima reunión», ha afirmado Borrell ante el pleno del Parlamento europeo, en un debate en el que la gran mayoría de intervenciones de eurodiputados ha pedido firmeza a la UE frente a la deriva antidemocrática del régimen turno.

El jefe de la diplomacia europea ha recordado que en una reciente reunión informal de los ministros de Exteriores de los Veintisiete se alcanzó un «acuerdo político» para avanzar en el régimen de sanciones contra Ankara por las disputas en el Mediterráneo oriental, al tiempo que se expresó el apoyo sin fisuras a Grecia y Chipre.

Sin embargo, Borrell ha subrayado también que para que las sanciones se materialicen es necesario contar con un «apoyo firme de los Estados miembro, a veces unanimidad», pero este consenso «no se da por el momento», aunque siguen los trabajos en el seno del Consejo para avanzar en la línea de lo acordado informalmente entre ministros.

En cualquier caso, el Alto Representante ha pedido margen para insistir en la vía diplomática con las autoridades turcas porque es necesario un «mínimo diálogo para poder frenar la escalada» de tensiones. No se trata de dos vías «excluyentes», a juicio del jefe de la diplomacia europea, quien ha defendido que se puede seguir trabajando para defender los principios y valores de la UE y avanzar al mismo tiempo en el diálogo.

En el debate ha intervenido también en nombre de la presidencia rotatoria de la UE el secretario de Estado para la UE alemán, Michael Roth, quien ha querido dejar claro que ni Grecia ni Chipre «están solos» ante Ankara, pero ha advertido de que la UE es «una unión de paz y diálogo» que no debe dejar de lado la diplomacia.

Así, ha insistido en que las negociaciones de preadhesión con Turquía están congeladas, pero ha pedido no olvidar que «Turquía no es solo Erdogan», sino que también hay una «sociedad civil crítica que aún mira hacia Europa». También ha recordado a los eurodiputados que el país euroasiático acoge a más de cuatro millones de refugiados, razón por la que la Unión Europea sigue aportando fondos con los que dar apoyo a estos migrantes.