Durante su último foro, celebrado el 17 de septiembre en Madrid para debatir sobre el Real Decreto Legislativo 1/2020, de 5 de mayo, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley Concursal, la asociación de amistad hispano-francesa Mujeres Avenir defendió la necesidad de desestigmatizar esta norma que entró en vigor el pasado 1 de septiembre, dado que “las empresas se podrán acoger a ella para sanear sus cuentas y favorecer así su supervivencia, algo fundamental en el momento actual”. “Con unas cifras estimadas de formulación de 165.000 concursos de acreedores entre los años 2021 y 2022 —es decir, tres veces más que en los últimos 17 años—, los administradores concursales y jueces se pueden ver desbordados”, alertan estas ejecutivas y empresarias.

Y llaman a continuar introduciendo mejores, “como la regulación del nombramiento secuencial de los administradores concursales, que obliga a los jueces a asignar un administrador concursal por su orden en un listado, que se habrá de elaborar y en el cual no se tiene en cuenta ni sus conocimientos y experiencia ni su infraestructura o medios, de modo que se podrán dar situaciones donde el futuro económico de empresas de alto impacto económico y social quede en manos de gestores (administradores concursales) con escasa experiencia”.

Para grandes y pymes
Durante el encuentro de esta asociación, que trabaja frente a la desigualdad de género y para aportar valor a la sociedad mediante la cultura y el conocimiento, su presidenta María Luisa de Contes se refirió a esta normativa que, siendo compleja, «pretende ordenar de una forma seria y rigurosa las directrices que afectarán a la supervivencia de las empresas, independientemente de su tamaño”.

Laura Ruiz, asociada sénior del área de Concursal y Litigación de Pérez-Llorca, firma benefactora de Mujeres Avenir, recalcó la importancia del conocimiento por parte de las directivas de empresas españolas de las principales modificaciones de esta norma, que ha pasado de tener 242 a 752 artículos, divididos en tres libros: concurso de acreedores, derecho pre-concursal y derecho internacional privado.

Por su parte, Cristina Escribano, catedrática de Derecho Mercantil de la Universidad de Castilla La-Mancha, recordó que la ley concursal de 2003, que tardó más de 100 años en salir adelante, se topó con una crisis internacional brutal en 2008, lo que obligó a una serie de reformas a las que, desde el pasado 1 de septiembre, “se ha pretendido poner orden mediante una importante reordenación de la litigación concursal”. Recordó Escribano la utilidad de esta ley, útil para sanear sus cuentas y favorecer la supervivencia de las empresas, dado que “antes de 2003 se fomentaba la liquidación y cierre de las empresas”, mientras que ahora “se da aire para desarrollar un plan de reestructuración”.

Carmen Izquierdo, presidenta de la Comisión forense del Colegio de Economistas de Madrid, aludió a la gran crisis de 2008, que desbordó las instituciones por el alto número de concursos. Y señaló: “En un escenario donde el 95% de los concursos terminan en la liquidación de la empresa, el administrador concursal se ha convertido en una mera funeraria, por lo que no podemos decir que la anterior ley concursal hubiera conseguido sus objetivos de dar respuesta a los acreedores y fomentar la supervivencia de las empresas. Gracias a la adaptación de las normas europeas y con las modificaciones incorporadas en la nueva Ley Concursal, esperamos que cambie el panorama”

Seguidamente aludió a las cifras estimadas de 165.000 concursos que se formularán entre 2021 y 2022, tres veces más que el número total de concursos gestionados en los últimos 17 años, advirtiendo de que administradores concursales y jueces se verán desbordados. Según la experta, esta situación se podría mitigar, “aplicando el Concurso Express, que permite cerrar la empresa de forma rápida evitando el procedimiento ordinario”. Izquierdo incidió también en los puntos pendientes de modificación en la nueva Ley Concursal para evitar problemas futuros, por ejemplo, el derivado de tener que contar con administradores concursales con escasa experiencia.

Patricia Sendino, responsable legal de Financiación Estructurada en BNP Paribas, recordó como la anterior ley concursal era conocida como la ley frankenstein, por los constantes cambios que ha venido sufriendo desde 2008, destacando que “la Ley Concursal de 2020 ha pretendido ordenar y regular toda la normativa que estaba dispersa”. En sus palabras: “Para el mundo financiero hay un punto que destacamos y que está englobado dentro del libro II de derecho preconcursal, que ahora nos permite disponer de una herramienta legal destinada a empresas con insolvencia temporal, con la que poder abrir un espacio privilegiado de negociación entre banco y empresa, para que se puedan cerrar nuevos pactos de financiación, antes de acudir a un concurso de acreedores directamente”. Y concluyó Sendino: “El texto refundido también aborda la refinanciación de las empresas, donde ahora si el 75% de los bancos están a favor de llevar a flote a la empresa, el resto de bancos están obligados a aceptarlo, un punto que entendemos que ayudará a salvar grandes corporaciones”.

 Amanda Cohen, magistrada especialista por el CGPJ en asuntos propios de lo mercantil, destacó cómo la nueva norma específica que “ante una empresa viable, es aplicable una reestructuración preventiva o temprana, pero en aquellos deudores donde la viabilidad no es posible, se ha de proceder a una rápida liquidación de los activos para evitar una pérdida de su valor”

Cabe destacar el trabajo de Mujeres Avenir para dar voz a las mujeres y contribuir a la igualdad en todos los ámbitos, gracias al apoyo la Embajada de Francia en España, el Consulado General de Francia en Madrid y el Ministerio de Igualdad en España. Esta asociación pretende fomentar la creación de una red de relaciones que contribuya a crear valor en la sociedad y a afianzar los lazos entre España y Francia, así como a ganar visibilidad para una lucha más efectiva contra la desigualdad.

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