No pasa nada

23/09/2020

Josep M. Orta.

Ni siquiera la pandemia que sufrimos ha propiciado para que los dirigentes de los partidos cerraran filas para buscar las soluciones menos lesivas para la sociedad. Al contrario muchos, por no decir todos, han aprovechado la ocasión para intentar sacar réditos electorales.

Aquellos que se llenan la boca de patriotismo y de su vocación de servicio del interés común lo único que les interesa no es trabajar en beneficio de España y los españoles si no de hacerlo en defensa de “su España y de un grupo determinado de españoles”.

Si repasamos las actuaciones de los partidos constatamos que la “leal oposición” es una maestra de practicar el “no a todo”. Empezando por no reconocer a un gobierno salido de las urnas que consideran ilegítimos y al cual acusan de respaldarse con los votos de los apestados podemitas o los nacionalistas vascos o catalanes. Para ellos los sufragios de los españoles sólo valen si tienen un color determinado.

Pero en los meses que lleva Pedro Sánchez en La Moncloa se hace difícil encontrar una propuesta constructiva de los partidos de la oposición en cualquier campo. Ahora, con el cambio de camisa de Ciudadanos quizás empecemos a ver algún cambio, al menos por un determinado tiempo. En la busca de un espacio político hacen bueno .igual que el PP- la frase de Groucho Marx:”estos son mis principios, pero si no les gustan tengo otros”.

Es evidente que cada formación tiene unos planteamientos concretos, pero hay muchos temas que superan el marco ideológico para pasar al sentido común, que en este país es el menos común de los sentidos, pero incluso en estos temas es habitual que practiquen el “no a todo”, sin siquiera escuchar los planteamientos de sus rivales.

Que sea verdad o no es menos importante, lo que interesa es el relato que se hace de los hechos y vemos como a base de mentiras se desfigura una realidad, aumentada poderosamente por determinados medios de comunicación que aplican la máxima “que la verdad no te estropee un buen reportaje”. Y la táctica de Goebbels que una mentira repetida insistentemente se convierte en verdad parece que a algunos la practican con un considerable éxito.

El diálogo que ha de imperar en la vida política se ha sustituido por el intercambio de mensajes en las redes sociales o en altisonantes declaraciones, en esto Trump también está creando escuela. Y esta otra pandemia está extendiendo a las instituciones, como hace tiempo se ve en el mundo de la justicia, en los informes policiales….

Y luego se llaman patriotas y constitucionalistas cuando en realidad son unos maestros en pervertir la democracia para imponer “su España”,. Para ellos el fin justifica los medios y lo mássorprendente es que no pasa nada.

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