“No he hecho más que defender un principio: calidad, sencillez e intemporalidad”. Así resumía ayer su trayectoria Roberto Verino, un viaje apasionante por el mundo de la moda que arrancó en 1970 y que lo ha convertido en un referente del mejor diseño español internacional, y a su marca y sus prendas en las elegidas a diario por miles de mujeres, entre ellas la Reina Doña Letizia.

En ese trayecto, Verino hizo una parada entre el futuro de una parte de su profesión: fue el encargado de inaugurar el curso 2020-2021 del Diploma de Comunicación y Gestión de la Moda de la Universidad Villanueva, acompañado por la directora honorífica de la titulación, Paloma Díaz Soloaga, quien realizó una semblanza del invitado que podría resumirse en una frase: “Ha bajado la moda del Olimpo de los dioses y nos la ha acercado a todos”. Verino repasó su carrera y las claves de su éxito, su forma de entender su trabajo y la vida, que son un conjunto casi inseparable: “Aprendemos de todo aquello que significa tener claro que hay que respetar: respetar a la naturaleza y a las personas”.

Nuevas Tecnologías

Fue una charla repleta de consejos y valiosas reflexiones para los nuevos alumnos y para los graduados de la X Promoción, que recibieron sus titulaciones, ya que la pandemia había obligado a posponer la ceremonia de entrega en su momento. “Ahora tenéis la oportunidad de tener lugares tan valiosos para formaros, sois afortunados de contar con estas ventajas”, remarcó a la atenta audiencia. “Gracias a las nuevas tecnologías mejoraremos todo lo que tiene que ver con los oficios de la moda y con la incorporación de nuevos talentos como los vuestros”.

El encuentro estuvo marcado, inevitablemente, por las medidas covid-19 en el Salón de Actos del campus madrileño de la institución, que se “llenó” -dentro del aforo máximo permitido- y en el que Verino comenzó, como no podía ser de otra forma, por el momento actual: “Ahora estamos en tiempos de reflexión extrema, porque esta pandemia nos está recordando que no somos nada y no somos nadie. En ese contexto yo os diría: tened confianza”.  Su mensaje, iba dirigido a unos jóvenes que compaginan sus estudios de otras titulaciones de la Universidad Villanueva como Derecho, ADE, Psicología o Periodismo con el Diploma de Comunicación y Gestión de la Moda, en el que aprenden los secretos de un sector con un pie en lo creativo y otro en lo empresarial. Una profesión que cada día más necesita y se sirve de las nuevas tecnologías. “Ahora tenemos que defender los oficios para que no se pierdan”, destacó el diseñador.

“Las personas se jubilan y nadie quiere desarrollar esos oficios si no es a través de nuevas tecnologías”. ¿Cómo hacerlo? Para el creador de la firma que lleva su nombre, “no hay mejor manera de preservarlos que con las nuevas herramientas informáticas que todos tenemos prácticamente en el bolsillo”.

La calidad como objetivo

Cercano y sencillo, Verino dejó claro que una firma de moda debe estar en el siglo XXI, pero no dejó de defender una forma de entender la moda que escucha, que se acerca a las necesidades reales, alejada de las prisas y el low cost: “La figura emblemática en Roberto Verino es el consumidor”, destacó, dejando claro a la vez que “la calidad es un objetivo que persigo. Y la calidad no se controla, se elabora”.

Su empresa fue pionera en 1997 en las calificaciones Aenor y él en entender que debía ser libre y plantar cara a ciertos ritmos e imposiciones del mercado. Así, en 1999 fue uno de los fundadores de la Asociación Española de Creadores de Moda. “Hay que ser rebelde. Nos planteamos que, si queríamos hacer algo en este país que fuera relevante, no podíamos contentarnos con lo que ciertos organismos nos decían”. Y, al recordarlo, dejó otra píldora para las alumnas graduadas: “Los que empezáis tenéis que ser inconformistas, ser rebeldes, buscar la excelencia. Pero hacedlo buscando ese elemento que os diferenciará para ser notorios”.

Sus palabras se dirigían a un grupo de alumnas, con excepción de un único titulado, feliz entre tanta compañía femenina, como el propio diseñador, que, al tocar el tema de las cuotas, fue rotundo: “Yo quiero el 99% de mujeres y el 1% de hombres, ¡porque a mí me ha ido genial!”. La frase hay que entenderla en el contexto de la historia de su marca. Destacó la importancia en la gestión, la comunicación y el marketing de figuras como Linda Heras y Macarena Blanchón, y de modelos célebres como Christy Turlington y Yasmeen Ghauri. “He estado rodeado de maravillosas mujeres toda mi vida”. Una historia que sigue marcada por Dora Casal, su presidenta ejecutiva y que tendrá continuidad en la hija de Verino, Cristina. “Espero llevar Roberto Verino hasta la tercera generación, con una mirada de mejora, pero sin perder lo que hemos hecho”, dijo el diseñador gallego, que viajó a Madrid desde su natal Verín (Orense), donde reside.

Para lograr esa proyección de futuro, tiene claro el camino a seguir: “Tengo que ser capaz de que, cada temporada, mis colecciones sean mejores que las anteriores”. Esto, en su caso, se define en una fórmula de apariencia sencilla: “Máxima calidad con el menor precio posible”. Hace apenas unas semanas presentó, de hecho, su nueva colección de otoño. Y lo hizo en septiembre, y no seis meses antes, porque, como recordó, en 2016 dio un “puñetazo en la mesa”. Decidió entonces reinventar una dinámica que a su juicio ya no tenía sentido: las presentaciones de colecciones con medio año de antelación. Las revistas y profesionales de la comunicación de la moda llegaban a una noticia que ya no lo era, porque los teléfonos móviles y la irrupción de los influencers e instagramers lo ha cambiado todo. Así, Verino decidió cambiar el paso. “Me llamaron loco. Este año hemos sido 33 casas españolas los que hemos presentado según esta nueva dinámica”.

Moda duradera

Verino desdeña la idea del consumo alocado: “Hay que hacer piezas que duren en el tiempo. Evitar caer en la dinámica del low cost. Crear armarios emocionales. Les pedimos a nuestros consumidores que compren lo que de verdad les guste, lo que va a perdurar”. En esta, si se quiere, filosofía, se adivina una preocupación que va más allá del negocio. “Vivo de la estética -reconocía a su auditorio-, claro que sí. Pero si antes no hay ética, la estética no me sirve para nada”.

El diseñador y empresario -aunque él prefiere considerarse sólo lo primero y dice que la parte del negocio ha recaído siempre, por suerte para él, en otros, su familia primero y profesionales de la gestión después- respondió finalmente a algunas preguntas de los presentes. Y, de nuevo, dejó alguna reflexión interesante. Como un recuerdo para su admirado Balenciaga y la situación de la industria y algunas grandes casas de moda hoy. “Si Balenciaga estuviera vivo… se habría muerto. Él entendía su trabajo de otra manera. Eso no le quita ningún mérito a lo que hacen ahora”. Habló de la huella del cine en su vida y su marca –“es una fuente inagotable de recursos, ideas y referentes y para nosotros muy valiosa”- y del momento de seleccionar unas piezas u otras para un desfile: “La calidad se mide siempre por el valor más débil de un producto”.

Cuando ya parecía que el acto terminaba, el diseñador dejó una noticia para que los estudiantes de Periodismo -otra de las titulaciones que se pueden compaginar con el Diploma de Comunicación y Gestión de la Moda- la aprovecharan: la marca Roberto Verino inaugura hoy mismo un nuevo proyecto de digitalización y comunicación para recabar datos de los consumidores y poder hacerles “casi un traje a medida”. Prendas que resistan el desafío de las modas y del tiempo. De nuevo, la idea central de su mirada: “Una moda intemporal con valores para crear fondos de armario emocionales”.