Urge recurrir a la contratación pública para impulsar la recuperación socioeconómica

05/10/2020

Jaime Pintos, consultor experto. Habría que modificar muchos procedimientos ya obsoletos.

¿Simple contratación pública o contratación pública para la era Covid? Esta podría ser la pregunta clave que ahora podríamos estar haciéndonos, dada la situación que vivimos en España desde principios de 2020. Pero es que no hay que preguntarse ni una cosa ni la otra, porque son la misma.

No es preciso hablar de una contratación pública Covid, y menos aún postcovid, pues no podremos utilizar este término hasta encontrar una solución médica y científica a esta pandemia. Y digo que no es preciso hablar de una contratación pública Covid, porque lo que se precisa es, sencillamente, una contratación pública con mayúsculas, una contratación pública estratégica, integral y práctica.

Es cierto que, en el marco de la incidencia de la pandemia en la gestión de la contratación, lo nuclear es incidir en las posibilidades que ofrece como herramienta de crecimiento económico y social, al ser la principal forma de ejecución de las políticas públicas. Es algo que debería ser desde siempre así. No había necesidad de que llegara una pandemia como elemento catalizador de un montón de medidas para una buena gestión de la contratación, que en su mayoría son de sentido común.

Imagen: pexels.com.

Partimos de unos procedimientos poco o nada ágiles, de una escasa utilización de la digitalización de la contratación pública, del muy precario —a veces inexistente— uso de los sistemas de racionalización, y de una ausencia o huida de la gobernanza en contratación pública. Necesitamos dotarnos por fin de un sistema de contratación pública moderno, ágil y eficaz, que sea único, integral y práctico; que permita salir a España de la crisis social, económica y sanitaria en la que está inmersa, para erradicarla y evitar que se instale en nuestras vidas. Los políticos y los gestores públicos, y en gran medida el sector privado, tienen que mirar a la contratación pública como la línea de flotación a la que amarrarse.

Para todos ellos, la contratación pública debería ser la punta de lanza para revertir lo antes posible la situación socioeconómica de la España actual. El reto: localizar la economía productiva y todo el trabajo asalariado por cuenta ajena a ella asociado. Es el momento de rebanarse los sesos y de utilizar todos los argumentos legales y prácticos que el ordenamiento jurídico vigente permite. Hasta el próximo cambio legislativo, eso es lo que requiere un verdadero servicio público. No podemos esperar más.

Programación anual de la contratación pública, incluida su difusión, racionalización, división correcta en lotes de los contratos, agilización interna de procedimientos, pago a los proveedores en el plazo legalmente establecido y otras medidas relacionadas con el pago a proveedores y subcontratistas, y ruptura con la burrocracia preventiva y garantista (de lo público). Reducción de las exigencias de solvencia económica, financiera y técnica; medidas de simplificación administrativa; verdadera lucha y obsesión por incorporar a las pymes a la contratación pública; formación del empresariado local; consultas preliminares; condiciones de ejecución bien pensadas, y un sinfín de medidas a tomar de un día para otro, y un expediente tras otro, hasta sumar un todo.

Cifras escalofriantes
Una caída del 18,5% del PIB en lo que va de año, 750.000 solicitudes a la espera de respuesta del ingreso mínimo vital, más de un millón de empleos destruidos en el segundo trimestre del año, con un agosto que ha dejado casi 800.000 parados más que en el mismo mes de 2019, superando ampliamente ya el 15 % de tasa de paro. Y hay más: los datos de afiliación sindical más bajos de los últimos 30 años y los más bajos dentro de la OCDE. Con estos datos, ¿hacía donde ha de mirar el sector público? ¿Y los gestores públicos, incluidos los que imparten la justicia administrativa? ¿Cuál deber ser la prioridad de la contratación pública? La respuesta sólo puede ser una: afrontar esta crisis con mayúsculas.

No es este artículo —cuya argumentación desarrollo en mis intervenciones públicas y publicaciones— científicamente sesudo. Es la opinión de un ciudadano de a pie escrita como administrado, interesado y contribuyente.

Adiós a los incunables
Toca dejar atrás prácticas que recuerdan a los incunables escritos en letra gótica. Por ejemplo, es anacrónico que en plena era Covid haya que pedir cita previa para que las verdaderamente imprescindibles e insustituibles “fichas de tercero” —siempre presentadas en documento original—, deban ser firmadas y selladas en una entidad financiera.

Y es increíble que, para mayor seguridad, se hayan de enviar por correo postal al registro físico de la Administración Pública de turno (en el mejor de los casos mediante copia electrónica), que por supuesto nunca se pierden (para ello nada mejor que pedir acuse de recibo, que aun teniéndolo, si se ha perdido la ficha de tercero no vale de nada). Porque así acreditan de una forma fehaciente, indiscutible e inequívoca la verdad de lo allí escrito y, por encima de ello, salvaguardan la integridad y la seguridad de quien gestiona los recursos públicos. Porque nunca, y digo nunca, habrán podido ser falsificadas. Estando además en la certeza absoluta de que no existe ningún otro medio más avanzado, habido o por haber, que permita sustituir tal incunable. Seamos pues valientes, como personas, como organizaciones y como sociedad, ¡es mucho lo que está en juego!

Jaime Pintos Santiago es abogado y consultor experto en contratación pública. Doctor en Derecho, es funcionario de carrera en excedencia. Colaborador de distintas publicaciones científicas, es miembro de reconocidas organizaciones nacionales e internacionales en el ámbito de la contratación pública. Autor, director y coordinador de distintos monográficos dedicados al Derecho de la contratación pública, también desde su vertiente comparada, es autor de decenas de publicaciones. Fue ponente en el Congreso de los Diputados tras la aprobación de la LCSP2017 y ha participado como miembro organizador en distintos congresos nacionales e internacionales. Conferenciante y ponente invitado en eventos nacionales e internacionales, es colaborador habitual de las principales Universidades, escuelas de Administración Pública y escuelas de negocios. Es el editor de jaimepintos.com, una bitácora con la que logró el Premio Blog Oro Jurídico 2019. Actualmente, Pintos es el director académico del Título de Especialista en Contratos Públicos, una capacitación impartida por la Universidad a Distancia de Madrid (Udima).

 

Más información
⇒ En el blog jaimepintos.com,
⇒ Seguir en Twitter a Jaime Pintos @pintos_jaime y a la @UDIMA

 

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