Ante la crisis humana, sanitaria, educativa y económica vivida durante la primera ola de la pandemia, la firma especializada Recarte & Fontenla, Executive Search ha recabado, entre el 23 de junio y el 14 de agosto, la opinión de 225 personas de la alta dirección de empresas de tamaño medio y grande, todas por encima de los 50 millones de facturación. Estas compañías operan en España en distintos sectores de actividad del ámbito de los servicios y consultoría, industria, finanzas y seguros, biosanitario, gran consumo y retail, hostelería y turismo, entre otros. El resultado está en el informe Visión binocular Covid-19.

Este documento es un análisis de cómo vivieron la primera ola de la pandemia provocada por el Covid-19 los CEO, presidentes, consejeros delegados, directores generales y miembros del comité de dirección de estas compañías, y los consejeros y socios de diversas firmas profesionales consultados. El informe habla de las áreas afectadas, las estrategias planteadas, la evaluación de los equipos directivos y de los consejeros, así como de su visión a medio plazo.

A la luz de los datos obtenidos, Carlos Recarte y Andrés Fontenla, socios de la firma especializada en búsqueda de ejecutivos, junto con la opinión de la catedrática de Sociología de las Organizaciones de la Universidad de Alcalá Alicia E. Kaufmann y de Carlos Arbesú, PhD en Governance —quienes han colaborado en el análisis de este estudio—, estas son las principales conclusiones del informe:

♦ La actitud es clave. Para el socio de R&F Andrés Fontenla, “la covid-19 ha visitado a la empresa por sorpresa”. Sin embargo, la alta dirección de las empresas da muestra de una confianza que “constituye un punto de partida para afrontar las dificultades que se vislumbran”.

♦ Áreas más afectadas. El desarrollo de negocio y la actividad comercial han sido las que con gran diferencia han acaparado la atención, seguidas de recursos humanos, operaciones y compras, y producción. Según el socio de R&F Carlos Recarte, la pandemia ha provocado una crisis de la demanda cuyo impacto “ha sido extraordinario en la actividad empresarial, comprometiendo seriamente el flujo de ingresos, al verse reducida la actividad comercial, la confianza del consumidor y, en definitiva, el intercambio de bienes y servicios a nivel global”.

♦ La resilencia, gran protagonista. El 60% de los encuestados ha respondido que han encajado el golpe razonablemente bien; y cerca del 30%, que “ha sido un revulsivo que nos ha impulsado positivamente”. En palabras de Fontenla, los encuestados “proyectan un espíritu positivo de lucha ante la adversidad”, que será necesario aprender a mantener en el medio y largo plazo.

♦ Frenar la hemorragia. El 80% de las empresas consultadas se centran en la optimización de costes y casi la mitad de ellas también en la optimización de proveedores. En torno a cuatro de cada diez reducirán temporalmente sus inversiones y un tercio del total se están apoyando en los ERTE. Una cuarta parte de las empresas suprimirán dividendos y se reestructurarán financieramente, y una quinta parte también eliminará la retribución variable este año. Esfuerzos enfocados en la medida de lo posible a evitar destruir empleo. “Aunque no es fácil interpretar la realidad de cada empresa, los datos pueden traslucir una tendencia a acudir primero a soluciones externas antes de asumir decisiones con un mayor impacto personal en la esfera retributiva que comprometan la retención del talento”, valora Fontenla.

♦ Reinvención para recuperar ingresos. Más de la mitad de las compañías se replantearán su estrategia para captar nuevos ingresos, estudiando la apertura de nuevas líneas de negocio; en una quinta parte de los casos también fuera del país. Para lograrlo, cerca de un tercio del total se enfocará en la innovación a fin de lanzar nuevos productos, apoyados por el área de marketing.

♦ Nuevas perspectivas. El 65,80% se inclinó por afrontar este momento a través de formas alternativas de trabajo (lean, agile, etc.), seguidas de optimización de procesos (51,81%) y de las estructuras organizativas (51,30%), digitalización enfocada al ecommerce, robótica e inteligencia artificial (49,22%), y optimización de la infraestructura TI (37,31%). “Subyace la confianza en el equipo directivo existente y en su capacidad de adaptación, dado que se aprecia una apuesta por formas alternativas de trabajo que pueden tener un retorno más rápido que la inversión necesaria para el desarrollo del talento directivo, cuyo efecto se aprecia a medio/largo plazo”, asegura Recarte.

♦ Suspenso en transformación digital. Solo el 9% de las compañías considera que ha alcanzado el 80% o más en cuanto a su transformación digital; el 14 % opina que ha llevado a cabo entre un 60 % y un 80 %; el 12 % entre el 40 % y el 60 %; y el 4 % ha avanzado entre el 20 % y el 40 % en ese proceso, mientras que más de la mitad de las compañías –el 60 %– se encuentra a menos del 20 % de consecución, es decir, que apenas la ha iniciado o no lo ha hecho aún.

♦ Apuesta por el talento interno. Un 78,09% apuesta por desarrollar el talento directivo interno, mientras que un 37,08% apoya el reemplazo de posiciones directivas clave para adecuarse a los retos estratégicos. “Parece evidente que el enfoque principal es apoyarse en los equipos existentes, dado que proporciona seguridad en el corto plazo para sobrellevar la situación. Por otro lado, no sorprende que casi un 40% sean conscientes de la necesidad de reemplazar determinadas posiciones directivas o bien de incorporar talento nuevo que refuerce el que hay a bordo, precisamente en aquellas áreas que han sido identificadas como cruciales para alcanzar el éxito o para retornar al nivel anterior”, añade Fontenla.

♦ Liderazgo para la contención. Inspiración, adaptación, enfoque estratégico, valentía, resilencia, compromiso, capacidad para gestionar la incertidumbre y excelencia operativa son clave para liderar en tiempos de pandemia. A estas cualidades se suman creatividad e innovación, escucha y comunicación, energía y empuje y pensamiento disruptivo. “Lo principal en los nuevos liderazgos ya no es la visión, sino la contención. La gente que está atenazada por el miedo y la angustia no puede pensar con claridad. Quienes tienen puestos de responsabilidad y padres con hijos pequeños tienen que saber cuidar del otro”, argumenta Kaufmann.

♦ Consejeros especializados, una buena opción. Más de la mitad de las compañías consideran crítica la incorporación de consejeros independientes, así como apoyarse en asesores externos especializados. Un tercio de los consultados estiman necesario un replanteamiento del diseño del consejo de administración. “La Covid-19 ha supuesto una prueba que muchos consejos no han superado o han comprendido que deberían haber superado mejor”, finaliza Arbesú.

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⇒ Seguir en Twitter a la firma @RecarteFontenla, a sus socios Andrés Fontenla (@FontenlaAndres) y Carlos Recarte (@CRecarte1968), y a @CarlosArbesu