Abengoa se enfrenta hoy al fin del plazo para firmar el plan de salvación. Llega a este 15 de octubre sin haber logrado la aportación de la Junta de Andalucía, necesaria para poder dar por cerrado el programa de la refinanciación de la deuda. El Gobierno andaluz dio marcha atrás a la inyección de 20 millones de euros, con el argumento de que no disponía de la vía legal adecuada para realizar la aportación.

Con esa decisión, los planes de la empresa de ingeniería se desbarataron y nuevamente tuvo que solicitar una prórroga a los acreedores. Si bien los pasos dados, que habían costado largas negociaciones, parece que obligan a buscar una solución alternativa o mixta.

El presidente de la empresa, Gonzalo Urquijo, ha vuelto a lanzar un llamamiento a la banca para que permitan a un nuevo aplazamiento o que se arbitren fórmulas para suplir los 20 millones que iba a aportan la Junta y evitar así el concurso de acreedores. La operación de salvamento podría obligar a nuevas cesiones por parte de los acreedores, también por los proveedores, en caso que el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, no encuentre la vía para la ayuda.

El acuerdo alcanzado este verano incluía la aportación de 230 millones de euros a través de un crédito que estará avalado por el Instituto Oficial de Crédito (ICO), si bien condicionado a la ayuda del Gobierno andaluz. La aprobación de la reestructuración  de los tramos de deuda contempla quitas y capitalización de Abenewco 1, la nueva Abengoa.

La compañía tiene aún que lograr el visto bueno de la auditora PwC a sus cuentas de 2019, que deberán ser votadas por la junta de accionistas. Otra cuestión a la que se tiene que enfrentar y el plazo también se agota.