Una disciplina omnipresente

19/10/2020

Miguel Ángel Valero.

El 20 de octubre se celebra el Día Mundial de la Estadística. Un buen momento para recordar una disciplina omnipresente en la sociedad: desde las redes sociales a las encuestas electorales, pasando por la contabilidad de la evolución diaria del coronavirus.

Y de reivindicar  el papel que la división de las matemáticas que estudia la variabilidad y el proceso aleatorio que la provoca, siguiendo las leyes de la probabilidad, juega en la promoción del desarrollo sostenible global.

Pero sobre todo para subrayar que la comprensión, la interpretación y el familiarizarse desde edades tempranas con la estadística repercutirá positivamente en la trayectoria educativa de los jóvenes y les ayudarán a desenvolverse profesionalmente el día de mañana.

La conmemoración instaurada en 2010 por la Asamblea General de las Naciones Unidas sirve también para entender que, desde que las antiguas civilizaciones como la sumeria o la egipcia comenzaron a utilizarla para censar a la población hasta la actualidad, la estadística ha experimentado una extraordinaria evolución.

Sus aplicaciones son innumerables e interviene prácticamente en todas las áreas científicas, desde las ciencias naturales (mecánica estadística, física cuántica…) y las ciencias sociales (sociología, demografía, etc.), pasando por la economía y llegando hasta las ciencias médicas (investigación clínica, gestión sanitaria…).

 Pero su utilidad no se limita solo a la ciencia más académica, sino que se extiende a muchos aspectos de la vida cotidiana, como es el caso de las audiencias televisivas, las estadísticas deportivas, los juegos de azar o las encuestas sociológicas (electorales, de consumo, etc.).

Las redes sociales y los buscadores, tal y como los conocemos, no existirían sin la estadística.

Y el salto hacia la transformación digital en el que nos encontramos inmersos tampoco sería posible, al igual que tampoco lo sería conocer la evolución diaria del coronavirus.

En plena era digital, el dato se ha convertido en una pieza clave, y la analítica y el Big Data marcan el camino a seguir hacia el futuro. Por ello, ahora más que nunca, la formación de los niños debe abarcar, desde su nivel más básico, la comprensión, la interpretación y el manejo de las estadísticas y los datos.

El ejemplo de Smartick

“En Smartick consideramos que los más pequeños pueden y deben trabajar la estadística, por eso proponemos a nuestros alumnos, desde los cuatro o cinco años, actividades que implican la recolección, interpretación y tratamiento de datos de carácter cualitativo o cuantitativo, así como la lectura e interpretación de tablas y gráficos en contextos que les son familiares y les interesan” señalan Javier Arroyo y Daniel González de Vega,  fundadores de un método online de aprendizaje de matemáticas para niños de 4 a 14 años.

Aunque los planes educativos escolares incluyen la enseñanza de la estadística, esta disciplina tiene muy poco peso dentro de la asignatura de Matemáticas. Así que cualquier tipo de formación adicional, según los expertos de Smartick, repercutirá positivamente en la trayectoria educativa de los jóvenes y les ayudará a desenvolverse profesionalmente el día de mañana.

Smartick, gracias a su sistema de inteligencia artificial, identifica de forma automática el nivel de cada niño y adapta los ejercicios de las sesiones a su perfil y velocidad de aprendizaje, ofreciendo contenidos que van más allá del cálculo mental y que refuerzan el pensamiento lógico y el razonamiento, al tiempo que mejoran la comprensión lectora.

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