El CEO de Duro Felguera, José María Orihuela, asegura en una entrevista online con La Nueva España que espera recibir «cuanto antes» la respuesta a la solicitud de la compañía de 100 millones de euros del Fondo de Rescate de Empresas Estratégicas que gestiona la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).
Es un paso que ha considerado fundamental en el proceso para generar estabilidad en el que se encuentra la empresa y superar así la fase de incertidumbre en la que la compañía está perdiendo contratos.
Descarta que su solicitud de ayuda, en forma de 30 millones como capital y 70 como préstamo participativo, sea rechazada. «No contemplamos que se llegue a esa situación, porque cumplimos todos los requisitos», explica. Mientras tanto, la compañía tiene recursos suficientes y sigue consiguiendo contratos, operaciones que generan liquidez, pero no son de gran magnitud.
El proceso para reflotar la compañía pasa por conseguir esos recursos, negociar con los bancos para la refinanciación y la búsqueda de nuevos inversores. Y en 2023, una ampliación de capital en la que «no ocurra como en la de 2018, cuando inversores perdieron mucho dinero».
Preguntado sobre la intención del empresario asturiano Blas Herrero de participar en el futuro de la compañía, Orihuela afirma que Duro Felguera está abierta a la llegada de cualquier inversor. Y que están detectando el interés de varios inversores.
Pero la compañía no puede aceptar «interferencias» en lo que se refiere a la solicitud del fondo de rescate.
Orihuela, que lleva al frente de Duro Felguera desde finales de 2018, califica de «error histórico» que la empresa no haya penetrado en el sector de las energías renovables. Pero que la «capacidad de adaptación» de la compañía puede permitir que Duro Felguera se incorpore a ese mercado en un momento que ha considerado «idóneo». Ya están trabajando en la elaboración de cartera de proyectos, con conversaciones relativas a la energía fotovoltaica en México y Chile o de biomasa en Francia.
Duro Felguera intentó prorrogar el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), pero el comité de empresa y los sindicatos no quisieron. La intención de Orihuela es negociar otro ERTE porque aún existe un desequilibrio entre la carga de trabajo y los efectivos. «Nuestro objetivo es siempre mantener el empleo», porque los problemas son coyunturales, no estructurales.
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