La economía española salió la recesión en el tercer trimestre del año de la mano de un aumento histórico del PIB del 16,7%, su mayor incremento trimestral en la serie histórica que maneja el Instituto Nacional de Estadística (INE). Hasta ahora, el mayor repunte trimestral del PIB correspondía al tercer trimestre de 1972, cuando subió un 2,2%. Este aumento fue posible tras la finalización del confinamiento decretado en todo el territorio, que estuvo acompañado de las ayudas públicas con las que se intentó evitar cierres de negocios y despidos.

Con el fuerte avance del PIB en el tercer trimestre, que comenzó pocos días después de finalizar el estado de alarma, oficialmente España ha salido de la recesión técnica en la que entró en el segundo trimestre del año después de haber registrado dos trimestres consecutivos en negativo, con caídas de la economía del 5,2% en el primer trimestre y del 17,8% en el segundo.

El avance trimestral del PIB en el tercer trimestre supera las previsiones que manejaba el Gobierno, que apuntaba a un crecimiento trimestral del entorno del 13%, y todo con las circunstancias extraordinarias que ha vivido la economía, con el turismo, uno de los motores de la generación de riqueza española, intentando salir a flote pese a las restricciones de movimiento establecidas por otros países durante todo el verano.

Con la segunda ola de los contagios extendiéndose por todo el mundo, en España no se puede olvidar que muchos sectores dan el año por perdido. Sólo basta recordar la pérdida del 70% de la actividad turística, sector que dejó de ingresar 40.000 millones mientras actividades como la de los hoteles, cafeterías, restaurantes, compañías aéreas o venta de automóviles nuevamente se ven afectadas en el último trimestre del ejercicio por nuevas restricciones. En el caso del comercio, la actividad comercial está hundida: el valor añadido del sector comercial y hostelero es un 22% menor que el año pasado, y el empleo cae el 10%.

Con el avance registrado en verano, la tasa interanual del Producto Interior Bruto muestra una contracción del 8,7%, muy lejos del descenso del 21,5% del trimestre anterior. Se trata del segundo mayor retroceso interanual de toda la serie tras el registrado en el segundo trimestre de este año.

Esta evolución fue posible por la contribución de la demanda nacional restó 7,8 puntos a la variación interanual del PIB en el tercer trimestre, tasa 11 puntos superior a la del segundo trimestre. Por su parte, la demanda externa restó 0,9 puntos, lo que supone 1,8 puntos más que en el trimestre pasado.

La lucha por el empleo

En términos de empleo, el tercer trimestre muestra una variación intertrimestral del 24,7% medidas las horas trabajadas, con una tasa inferior en el caso de los puestos de trabajo a tiempo completo al situarse en el 16%, 33,7 puntos más que en el trimestre anterior, ante el aumento del 7,5% que se produjo en las jornadas medias a tiempo completo.

O lo que es lo mismo, mientras en el segundo trimestre la economía española perdió un millón de empleos, en el tercer trimestre se pudieron recuperar 569.600 puestos de trabajo, mientras que el 80% de los trabajadores afectados por un ERTE pudieron abandonar esta situación temporal a la que se incorporaron durante el confinamiento. La Encuesta de Población Activa (EPA) dada a conocer esta misma semana situaba la tasa de paro en el 16,3%, un porcentaje que puede considerarse positivo si se tienen en cuenta las tasas de otras recesiones anteriores en que muy pronto se superó el 20%.

En términos interanuales, las horas trabajadas disminuyen un 6,2%, tasa 18,7 puntos superior a la del segundo trimestre de 2020, y los puestos equivalentes a tiempo completo decrecen un 5,5%, 12,9 puntos más que en el segundo trimestre, lo que supone un descenso de 1.012.000 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo en un año. Un dato a tener en cuenta es que como la economía ha caído más que el empleo, la productividad también ha caído: la variación interanual de la productividad por puesto de trabajo equivalente a tiempo completo se sitúa en el −3,4%. Y la productividad por hora efectivamente trabajada registra una tasa interanual del −2,7%.

Las rentas del trabajo

Así las cosas, el coste laboral unitario (CLU) crece un 4,6% respecto al tercer trimestre de 2019. Esta tasa es 3,6 puntos superior a la variación experimentada por el deflactor implícito de la economía (1,0%).

No obstante, la remuneración de los asalariados presenta una variación interanual del −4,6% en el tercer trimestre, 9,3 puntos superior a la del trimestre anterior. Este resultado es consecuencia de la disminución del 5,5% del número de asalariados (tasa 10,9 puntos superior a la del trimestre precedente), y de que la remuneración media por asalariado varía un 1,0%, frente al 2,9% del segundo trimestre.

Por su parte, el excedente de explotación bruto / renta mixta bruta generado en la economía disminuye un 7% en tasa interanual, tasa 15,4 puntos superior a la del segundo trimestre.

Finalmente, la cuantía devengada en impuestos sobre la producción y las importaciones netos de subvenciones registra una tasa del −25,9%, frente al −44,3% del trimestre anterior.

El espejismo del consumo de los hogares: un 20,7% más en verano

Los datos trimestrales muestran una subida histórica del consumo de los hogares del 20,7%, en contraste con el desplome, también histórico, que registró este indicador en el segundo trimestre (-20,4%). Pero la demanda ha caído un 10,4% sobre el año pasado, cifra en todo caso superior al hundimiento del 25% registrado en el trimestre anterior.

Por su parte, el gasto público aumentó entre julio y septiembre un 1,1%, ocho décimas más que en el segundo trimestre. Solo la Administración Pública gasta más que el año pasado: un 3,7% más, mientras que el gasto en consumo de las instituciones sin fines de lucro y al servicio de los hogares retrocedió un 0,4%, frente al aumento del 0,2% del trimestre previo.

La inversión, por su parte, registró en el tercer trimestre un avance histórico del 19,9% (-22,1% en el segundo trimestre), con un incremento récord del 34,7% en el caso de la inversión en maquinaria y bienes de equipo. La inversión en vivienda, por su parte, creció un 16,6%, frente al retroceso del 22,6% del segundo trimestre. Pero en términos interanuales cae a un ritmo del 13,4% interanual (15,2% en vivienda), si bien también se recupera en relación al periodo del confinamiento.

Por lo que respecta a la demanda exterior, los datos de Contabilidad Nacional muestran una caída interanual del 17% en el caso de las exportaciones y del -15,7% en el de las importaciones. En este capítulo cabe destacar el hundimiento del 42,8% de las exportaciones de servicios ante el impacto sufrido por el turismo a causa de la pandemia, así como la caída del 74,3% en el gasto de no residentes en España. Con dodo, la demanda exterior resta otras nueve décimas al PIB cuya caída, en todo caso, es atribuible en su mayor parte al hundimiento de la demanda nacional.

Y por sectores, los servicios pierden un 9,8% de la actividad, comercio, transporte y hostelería creció un 42,5% en el periodo respecto al trimestre anterior, la industria manufacturera un 33% (un 4% en términos interanuales) y la construcción un 22,5%, pero en términos interanuales se observa una caída del 22% en comercio, hostelería y transporte (que en el segundo trimestre se hundió a un ritmo del 44%). Las actividades profesionales y artísticas también presentan tasas de caída de más del 10%, mientras la administración pública y el sector financiero crecen. La construcción opera un 11% por debajo del año pasado. El sector agrario eleva un 5% el valor añadido bruto.