Iberdrola invertirá 75.000 millones hasta 2025 para liderar la transición energética

05/11/2020

M. Vázquez del Río. Prevé para los próximos cinco años unos beneficios de 5.000 millones, un Ebitda de 15.000 millones en 2025 y apuesta por un dividendo de hasta el 75% del beneficio. También estima cerca de 20.000 nuevas contrataciones en el grupo durante el mismo periodo (a 2022, serán más de 10.000 contrataciones e impulsará la creación de hasta 30.000 puestos de trabajo).

Iberdrola acaba de dar a conocer su estrategia para el periodo 2020-2025 con una apuesta inversora sin precedentes en la historia de las empresas españolas: 75.000 millones de euros. El objetivo es liderar la transición energética en el país, pero al mismo tiempo contribuir a la recuperación económica y el empleo y una apuesta abierta por el medio ambiente, adelantándose a las oportunidades de la revolución energética en la que se encuentran las principales economías del mundo.

De esa cantidad, el 90%, 68.000 millones se destinarán a consolidar el modelo de negocio de la compañía, que según recuerda la propia empresa se basa en más energías renovables, más redes, más almacenamiento y más soluciones inteligentes para sus clientes. Y los 7.000 millones restantes están previstos para continuar con la compra reciente de la compañía estadounidense PNM Resources.

La distribución de estas inversiones prevé una media de 10.000 millones de euros por año: 10.000 millones entre 2020 y 2022, y de 13.000 millones de euros anuales en el período de 2023 y 2025.

Y en el lado de los ingresos, las previsiones del plan 2020-2025 incluyen un crecimiento rentable, solidez financiera y retribución a sus accionistas. Así, el beneficio buto de explotación (Ebitda) previsto es de 15.000 millones de euros a 2025, cantidad que supone elevarlo en 5.000 millones a los registrados en 2019, y un crecimiento anual del mismo del 7% cada ejercicio. Y el beneficio neto también se elevaría a 5.000 millones, con un crecimiento anual de entre el 6 y el 7%.

Durante la presentación de este plan, coincidiendo con su su Capital Markets Day en el que ha explicado sus planes a los analistas internacionales, Iberdrola ha aprovechado para revisar al alzar sus perspectivas hasta 2022, en las que pese a la crisis del Covid-19, prevé un beneficio neto en 2022 en el rango de entre 4.000 millones y 4.200 millones de euros, frente a los 3.700-3.900 millones previstos para ese año en el plan 2018-2022. Las inversiones brutas se elevarán un 35% y alcanzarán los 50.000 millones -de estas, serán 36.000 millones en el período 2020-2022-, frente a los 38.000 millones previstos, y las eficiencias se elevarán a unos 1.600 millones, superando los 1.200 millones de euros previstos en el anterior plan y manteniendo el rating en niveles BBB+/ Baa1.

Creación de valor y más empleo

Desde la energética se destaca que su plan de inversiones contribuirá durante los próximos seis años a dinamizar el tejido industrial y el empleo en aquellos países donde opera: “Nuestro modelo de negocio, tras 20 años anticipando la transición energética, nos sitúa como un agente tractor clave en la transformación del tejido industrial, impulsando con nuestra experiencia, compromiso social y capacidad financiera, un modelo de crecimiento económico sostenible a largo plazo capaz de hacer frente a los retos actuales de la sociedad”, ha explicado su presidnte, Ignacio Galán, durante la presentación del plan.

Los pilares de su actividad, prevé el plan, serán la economía social de mercado y la Agenda 2030 de Naciones Unidades, además de las inversiones y las compreas de bienes y servicios a sus más a sus más de 22.000 proveedores. Con estos objetivos contribuirá al sostenimiento de alrededor de 500.000 puestos de trabajo en 2025 en el mundo. Asimismo, prevé cerca de 20.000 nuevas contrataciones en el grupo durante el mismo periodo (a 2022, serán más de 10.000 contrataciones e impulsará la creación de hasta 30.000 puestos de trabajo).

Otro dato destacado del plan son los 12.000 millones de euros que la compañía estima de esfuerzo fiscal, con una media anual entre 2020 y 2025 de 10.300 millones de euros, derivados de la mayor actividad prevista en el desarrollo de su nuevo estrategia.

Retribución al accionista

La estrategia diseñada también prevé que con un escenario de crecimiento de inversiones, la retribución al accionista aumente en línea con los resultados y se establece un suelo creciente de entre 0,40-0,44 euros por acción a 2025. El grupo continuará ejecutando su programa ‘Iberdrola Retribución Flexible’ con sus correspondientes programas de recompra, que evitan la dilución de los accionistas. La política de dividendos se mantiene y sitúa el ‘pay out’ entre el 65% y el 75%.

Destino de las inversiones: España, Reino Unido y Estados Unidos

Las energías renovables serán la estrella de estas inversiones, ya que el 51% de los 75.000 millones (unos 34.680 millones) irán dirigidos a dichas energías; a redes se destinarán 27.200 millones (el 40%) y el 9% restante se destinará al área de clientes.

Las inversiones están focalizadas en países con ambiciones climáticas y rating A. A España irán destinados cerca de 14.300 millones de euros de inversión –son un 21% del total del grupo y representan un incremento del 60% frente al plan anterior-. En este mercado, más de 7.000 millones se dirigirán a renovables y, a redes, más de 4.500 millones de euros.

Estados Unidos y Reino Unido, por su parte, concentran 34.000 millones de euros de la inversión, un 50% del total. Crece la apuesta por otras áreas internacionales con inversiones por más de 11.000 millones de euros. Del total, el 83% de las inversiones van dirigidas a países con rating A, en línea con la estrategia de la compañía de apostar por este tipo de mercados.

Inversiones en renovables

Las inversiones en renovables permitirán a Iberdrola alcanzar los 60 gigavatios (GW) en 2025, después de llegar a los 44 GW de capacidad instalada en 2022. Esto supondrá duplicar su potencia actual, dando un gran impulso a la tecnología eólica marina, con 4 GW al final del periodo, una tecnología que aporta 5 veces el EBITDA/MW frente a la energía solar fotovoltaica y 3 veces la energía eólica terrestre. La apuesta de Iberdrola le permitirá crecer también en solar fotovoltaica, con una previsión de 16 GW instalados al final del período y reforzar su liderazgo en eólica terrestre e hidroeléctrica, con 26 GW y 14 GW instalados en 2025, respectivamente.

Para materializar el plan, Iberdrola parte de una posición única, con una de las carteras renovables más grandes de la industria; un total de 70,5 GW distribuidos por sus áreas tradicionales -reforzadas este año y con nuevos mercados como Australia, Japón y Suecia- y principales tecnologías: 30,7 GW son fotovoltaicos; 20,2 GW, eólicos marinos y 16,3 GW, terrestres. En la actualidad, la compañía avanza en la construcción de 7 GW y tendría hasta 11 GW en ejecución en 2025.

Inversiones en redes

Por otro lado, Iberdrola sigue apostando por las redes, a las que considera un factor clave en la electrificación de la economía y dinamización de los territorios. Y, así, junto a las renovables, el modelo y estrategia de Iberdrola continuarán dando peso a los activos regulados. La compañía destinará un 40% de sus inversiones orgánicas a redes -más de 27.000 millones-, con las que situará la base de activos regulados del grupo en 47.000 millones de euros en 2025, 1,5 veces su valor actual. Esta cifra contempla inversiones en transmisión, que alcanzarán los 4.000 millones.

También continuará digitalizando sus redes, como elemento clave para para promover las redes inteligentes y garantizar la masiva incorporación de renovables en un futuro próximo. Al final del periodo, Iberdrola habrá instalado más de 21 millones de contadores inteligentes y un 83% de sus activos estarán en países con Rating A.

Con estas acciones espera elevar su base de clientes, que en 2025 estima alcanzará los 60 millones los contratos con clientes en el mundo, frente a los 42 millones a cierre de 2019, a los que ofrecerá soluciones inteligentes e innovadoras en el ámbito residencial -almacenamiento de energía y bomba de calor, autoconsumo y movilidad eléctrica- e industrial.

Hidrógeno verde

Por otro lado, el hidrógeno verde se convierte, precisamente, en un vector estratégico para el segmento industrial. En línea con los planes de recuperación europeos, la compañía prevé la instalación de 600 MW a 2025 -serán 800 MW a 2027, junto a Fertiberia- y producirá 15.000 toneladas de hidrógeno renovable. Los primeros proyectos en España -en 2021 ya estarán instalados los primeros MW-, se completarán con más iniciativas en otros países, mientras liderará el desarrollo de una cadena de valor para respaldar la implantación de nuevos fabricantes de electrolizadores y promoverá alianzas con otros grupos industriales.

Iberdrola espera, pese a las invesiones previstas, mantener sus calificaciones crediticias en niveles BBB+/Baa1 y sus ratios de deuda actuales, soportados por su capacidad de generar mayores flujos de caja. La compañía mantiene una fuerte diversificación de sus fuentes de financiación, que le permiten un acceso cómodo a diferentes mercados y la gestión activa de liquidez, que se sitúa entre los 15.000 millones y los 22.000 millones de euros.

Asimismo, mantendrá un enfoque flexible en función de las oportunidades de inversión y las ratios financieras. Completadas desinversiones de 4.600 millones de euros a 2020 -por encima de los 3.500 millones previstos a 2022-, prevé nuevas desinversiones de unos 3.000 millones de euros entre 2021 y 2025.

Horizonte a diez años

Durante la presentación de su estrategia hasta 2025, la compañía también ha adelantado sus previsiones en un horizonte a diez años, en las que incluye elevar a 95 GW su capacidad renovable instalada -tras multiplicar por 2,5 su potencia eólica terrestre y solar y por 4,5 la marina- y por 2 sus activos regulados hasta los 60.000 millones de euros a 2030. Al final de este período, la base de sus contratos con clientes crecería hasta los 70 millones y a 85.000 las toneladas de hidrógeno verde.

Objetivos medioambientales y sociales

Iberdrola ha recordado a los analistas internacionales que durante los últimos 20 años ha pasado de ser una utility local a convertirse en un líder energético global, que ha cuadruplicado su capacidad renovable, quintuplicado su EBITDA, cuadruplicado su beneficio neto y sextuplicado su capitalización bursátil, al tiempo que ha reducido sus emisiones de CO2 en un 75%, ha cerrado sus plantas de carbón y triplicado la retribución a sus accionistas. Todo ello, acompañado de un profundo proceso de diversificación geográfica y fortalecimiento del balance.

De esta forma, Iberdrola afronta con una posición única la revolución energético global, centrada en países con ambiciosos objetivos climáticos y energéticos -es el caso del conjunto de Europa, Brasil, Estados Unidos, Australia y Japón- y sólidos compromisos de reducción de emisiones a medio y largo plazo, que conllevarán la puesta marcha de nueva capacidad renovable, soportada por unas redes más inteligentes y respaldada por sistemas de almacenamiento.

En este contexto, en el horizonte 2025, la compañía continuará reforzando los pilares en el ámbito medioambiental, social y de gobernanza (ESG). Con unas emisiones de CO2/kWh que son ya dos tercios inferiores a la media europea, la estrategia de inversión en energía limpia y redes llevará a Iberdrola a ser una compañía “neutra en carbono” en Europa en 2030 y a reducir sus emisiones de CO2 a nivel global un 86%, hasta los 50g/kWh, al final de la década -serían de 70g/kWh a finales de 2025-. Como contribución adicional, la compañía plantará 20 millones de árboles hasta 2030 y serán 8 millones a 2025.

Junto con la reducción continuada de emisiones de carbono, su ambición se traslada a otros ámbitos, como la inversión en I+D, que se elevará a 400 millones de euros anuales en 2025, frente a los 330 millones anuales de 2022 y los 280 millones de 2019.

Iberdrola mantendrá como eje su compromiso con la creación de empleo de calidad. Asimismo, reforzará su apuesta por la formación, con un aumento de las horas por empleado, que ya son 4 veces la media europea. Además, impulsará otros compromisos, como la igualdad de género -eleva su objetivo al 30% de mujeres directivas frente al 20% actual- y una brecha salarial inferior al 2% en 2025.

Iberdrola seguirá implementando las mejores prácticas de gobierno corporativo, triplicará sus actuaciones en materia de ciberseguridad y logrará que al menos un 75% de sus proveedores en 2025 cuenten con políticas de sostenibilidad.

 

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