¿Dónde están mis minutos?

22/09/2011

Alexis Díaz Lorenzo, director de Low Cost Consulting Concept. Paul Samuelson y William Nordhaus, se refieren al tiempo en su manual 'Economía' como “el gran igualador. Pues incluso la persona más rica sólo tiene 24 horas al día para gastar”. Y sin embargo, la tecnología, la velocidad, la gran cantidad de productos, de información, etc. saturan y distraen nuestras mentes de una realidad tan importante como que la vida es un conjunto finito de minutos y que, este minuto que está pasando, ya no volverá.

¿Cuántas veces hemos mirado la hora y hemos tenido que volver a mirarla porque no hemos prestado suficiente atención al momento? ¿Cuántas veces hemos contestado un correo, preocupados por los que nos quedan por contestar y, una vez enviado y ya leyendo el resto, nos preocupamos por si hemos respondido adecuadamente? ¿Y, hablando del correo electrónico, cuántas veces miramos nuestra bandeja de entrada cada día?

Muchas personas que trabajan en una oficina abren el correo cada vez que les llega un e-mail. Si alguien recibe 16 correos electrónicos en un día muy posiblemente no le dedique a ninguna tarea más de 30 minutos seguidos. Y eso quitando de la ecuación otras interrupciones posibles como el teléfono, parada para el café, etc. Y al final, se acaba la jornada y nos frustramos porque tenemos la sensación de no haber adelantado nada y de que tenemos más trabajo acumulado que el de ayer pero ahora con un día menos.

Lo cierto es que hay tanta información y tantas alternativas posibles que en vez de aumentar la calidad de nuestras vidas y decisiones nos hacen caer prisioneros del estrés y de la parálisis por el análisis. Todo esto provoca que muchas veces perdamos un tiempo precioso haciendo nada, y otras, con prisas y corriendo, vayamos hacia lugares a los que, por falta de tiempo para pensar, no sabemos si realmente son donde queremos acabar.

Tenemos que perder tiempo en ver dónde lo perdemos. Y esta frase que pueda sonar a tópico, debería sonar a urgente e importante pues así como nos urge y preocupa cuando no sabemos cómo se nos va el dinero deberíamos preocuparnos más aún de cómo se nos va el tiempo. Las unidades monetarias se pueden conseguir, con más o menos esfuerzo, pero existe la posibilidad. Pero por muchas loterías que nos tocaran, no podríamos comprarnos ni 10 minutos al reloj que decide nuestra hora.

Adam Smith exponía en su libro de La riqueza de las naciones la paradoja del valor: cómo un bien tan útil e imprescindible para la vida como es el agua, tiene tan poco valor económico y, cómo el oro, que tiene muy pocas alternativas de uso, tiene tan alta cotización. Adam Smith reflexionaba con este ejemplo sobre la importancia de la abundancia y la escasez de los bienes a la hora de su valoración. Y me pregunto, ¿estamos valorando nuestro tiempo escaso con la importancia que se merece? Si planificamos cómo nos vamos a gastar el dinero, ¿cómo es que no hacemos lo propio con nuestro tiempo?

¿Y cómo mejorar la gestión de tiempos en nuestro día a día? En primer lugar estaría bien conocer qué tiempos dedicamos a cada tarea, ya que es muy difícil corregir aquello que no se puede medir. Y luego marcarse objetivos para hacer lo importante y lo urgente-importante con cariño, concentración y buscándole el hueco idóneo para la dedicación ininterrumpida que se merece. Y buscar de forma creativa la manera más rápida de realizar lo que no es importante (aunque sea urgente). Recordemos que hay infinidad de maneras para acometer una misma tarea y que el hábito no es garantía de alternativa óptima de ejecución. Pensemos en qué hemos de hacer, planteemos las prioridades, asignemos fechas y tiempos y ejecutemos. En la ejecución hemos de liberar la mente de lo que tendremos que hacer más adelante para ocuparla al 100% en lo que estamos haciendo en este momento.

Y pensando a más largo plazo. Supongamos que, siendo optimistas, vamos a vivir 100 años. Tengamos en cuenta que la fuerza física y lucidez mental cambian la tendencia para empezar a decrecer paulatinamente cumplidos entre los 20 y 25 años. Si calculamos dónde estamos y en qué estado energético nos encontramos, podemos aventurarnos a proyectar la cantidad de tiempo y energía que nos queda. Seguro que todos tenemos ilusiones y sueños en la “bandeja de pendientes para realizar”. Pues distribuyamos el contenido de la bandeja en nuestro tiempo escaso e intentemos hacer que suceda mientras podamos. Primero hagámoslo posible, y luego, ¡hagámoslo real! Si no, un día nos sorprenderá el final de la cuenta atrás y todavía no tendremos respuesta a la pregunta: “¿En qué se me han ido mis minutos?”.

Alexis Díaz Lorenzo, actualmente director en Low Cost Consulting Concept , inició su carrera profesional como adjunto al jefe de Producción de Atlantic Cooper. Después entró como jefe de Compras y Sistemas en Cunext Copper Industries, donde llegó a ser adjunto a la Dirección Financiera. También fue gerente en GB Consulting&Corporate Finance. Es licenciado en Derecho y máster en Dirección Estratégica de Comunicación y Marketing y MBA con especialización en Finanzas y Marketing por ESADE Business School. Con un postgrado en Contabilidad y Fiscalidad.

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