Fusión, diversión y una agradable terraza urbana

05/11/2020

Carmela Díaz.

Popa es una apuesta gastronómica que sorprende en un local amplio -con más de 500 metros y dos estupendas terrazas-; un establecimiento luminoso bien distribuido en diferentes áreas y ambientes. Con Willy Moya al timón, un chef de experiencia internacional y uno de los impulsores de la nueva cocina andaluza, la zona de Chamartín (calle Santa María Magdalena, 14) cuenta ahora con otro restaurante que hay que tener en cuenta. Platos originales elaborados con buen producto, en los que se percibe un toque contemporáneo y cierto atrevimiento en la ejecución.

Ensadilla de pulpo con su carpaccio

La intuición del chef a la hora de entender al público se traduce en una carta con mucha personalidad. Entre los entrantes, merece la pena probar el taco oriental de boquerón -buenísimo-, la ensaladilla de pulpo a feira con su carpaccio; el steak tartar con alga nori y huevo de codorniz; o la vieira al unilateral, con col, kimchi y lima, ya convertida en un todo un clásico de la casa. Otro de los platos que llama mucho la atención y no decepciona es la falsa pizza de atún marinado en café y lima con alioli de albahaca y jalapeño; la gilda en tempura, la particular versión que hacen en Popa de este bocado que tanto nos gusta a los españoles; o una estupenda carrillada glaseada con remolacha. Pero también se pueden probar muy buenos platos de cocina tradicional, como unas excelentes verdinas en salsa verde con carabinero.

Moya, quien además de cocinero es pastelero formado en Le Cordon Bleu de París, trabaja bien el apartado dulce. Su paso por esta prestigiosa institución francesa le ha influido desde siempre a la hora de idear los postres. Por ello hay opciones tan interesantes como el sorbete de piña asada o un riquísimo postre elaborado con chocolate, calabaza, helado de avellana, aceite, pan y sal.

Steak Tartar oriental con alga nori y huevo de codorniz

La carta actual del restaurante es el resultado de los más de veinte años de trayectoria del chef y de los viajes alrededor del mundo que le han marcado. Es también un reflejo de su personalidad, de su gusto por nuestra popular y querida cocina andaluza o de la fusión que predomina en la gastronomía turca -él trabajó en dos de los restaurantes más reconocidos de Estambul-; también de la experiencia que atesora en el tratamiento de carnes y pescados.

Como alternativa a la carta y como recomendación, en este restaurante hay que decantarse por los menús: el Sevilla (40 euros), el Estambul (45 euros), pero sobre todo por el menú Lo que diga Willy en el cual el chef invita a ponerse en sus manos para redescubrir el placer de la improvisación: él lo confecciona siguiendo las indicaciones y las apetencias de los comensales (marcando el precio que están dispuestos a pagar), y teniendo en cuenta  los
productos que ese día brinda el mercado.

La propuesta se completa con una carta de vinos en la que destacan los vinos de Jerez, los dulces y de aperitivo; así como con otra carta de cócteles que incorpora versiones de tragos clásicos (como el Sherry Mary, con fino, o el Rebujito Lindo, con manzanilla y sake) y formatos XL, muy al estilo americano.

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