Pitifluflu demuestra que se puede proteger de la pandemia con estilo

09/11/2020

Miguel Ángel Valero. “El alma de Pitifluflu reside en convertir un elemento de seguridad, como una mascarilla de protección, en un complemento de moda que sea agradable llevar puesto sin que deje de cumplir su función principal, proteger”, subraya Beatriz Carreño, su diseñadora.

Una emprendedora de Madrid ha dado con la tecla vendiendo mascarillas de protección que combinan seguridad con moda. Está teniendo mucho éxito y es una historia que puede ser interesante y motivadora para muchas personas. Su protagonista es madre de familia y empezó al principio haciendo mascarillas para conocidos y allegados y ha acabado vendiendo por toda España e incluso en el extranjero.

Nunca había trabajado en moda ni en nada parecido, y es un ejemplo de positivismo y adaptación dadas las actuales circunstancias. Empezó en el mes de marzo, coincidiendo con la declaración del primer estado de alarma, haciendo unas cuantas mascarillas para conocidos y familiares, y actualmente es tal la demanda que ha tenido que ampliar el número de personas que le confeccionan las mascarillas.

La historia de Pitifluflu vuelve a demostrar que durante los tiempos de crisis surgen las oportunidades para aquellos que las buscan. La crisis sanitaria y económica provocada por la pandemia no es diferente, como lo demuestran los ejemplos de emprendedores modestos que con recursos limitados van sacando un negocio adelante.

Así nació @Pitifluflu (cuenta Instagram) hace unos meses. La emprendedora Beatriz Carreño, madre de dos hijos, tuvo la idea de confeccionar mascarillas para su familia y amigos viendo la escasez que existía allá por los meses iniciales de la pandemia. Incluso confeccionó mascarillas para amigos médicos en los momentos donde no había ni para ellos.

Muy pronto otras personas del círculo cercano, al ver las mascarillas, le encargaron más, y en unos meses lo que empezó siendo unas pocas confecciones a la semana, se ha convertido en cientos de ventas diarias.

Al ver que el boca a boca se extendía a tal velocidad, Beatriz Carreño casi sin darse cuenta se vio a ella misma dedicándole muchas horas diarias no sólo a la confección misma de las mascarillas sino en atender a las personas que le preguntaban por ellas, preparar los paquetes de entrega, enviarlos etc…

Y los números se dispararon cuando creó su perfil en instagram con el nombre que lleva ahora su marca, Pitifluflu. Una denominación que nace como una broma o chascarrillo que Beatriz Carreño usaba jugando con su hija mayor de seis años.

“Jamás me imaginé que hacer unas mascarillas para mi familia me llevaría unos meses más tarde a venderlas por toda España y lo que es todavía más sorprendente para mi, me las compran en Estados Unidos y en Asia también», explica Beatriz Carreño. La gran demanda que están teniendo sus mascarillas han pillado por sorpresa a su creadora.

Las mascarillas de Pitifluflu emplean un forro de color blanco homologado (UNE 0065) que es la parte de la tela que mantiene el contacto con el rostro y que por sus características además de proteger contra virus como el COVID o la gripe, también es anti bacteriana.

La novedad frente al resto de mascarillas que se pueden encontrar en el mercado, reside en la tela exterior que da el estampado floral. Siempre empleando las famosas telas londinesas Liberty.

“El alma de Pitifluflu reside en convertir un elemento de seguridad, como una mascarilla de protección, en un complemento de moda que sea agradable llevar puesto sin que deje de cumplir su función principal, proteger”, subraya Beatriz Carreño.

 

 

 

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